HARARE.- En una redada antes del amanecer en un Zimbabue hambriento, la policía encargada de hacer cumplir una cuarentena por coronavirus confiscó y destruyó tres toneladas de frutas y verduras frescas prendiéndoles fuego. Blandiendo sus porras, dispersaron a un grupo de agricultores que había viajado de noche, violando las restricciones de movimiento, para llevar el preciado producto a uno de los mercados más concurridos del país.
La comida se quemaba mientras los agricultores regresaban a sus casas con las manos vacías, una escena increíble en un país y un continente donde la comida es muy escasa.
Fue un ejemplo extremo de cómo las cuarentenas para ralentizar la propagación del coronavirus podrían estar asfixiando el ya vulnerable suministro de alimentos en África.
Las cuarentenas decretadas en al menos 33 de las 54 naciones africanas han impedido que los agricultores lleven sus productos a los mercados y han amenazado el reparto de ayuda alimentaria en poblaciones rurales. Muchos mercados informales donde millones de personas compran su alimento están cerrados.
Casi una de cada cinco personas en África, cerca de 250 millones, no tenían comida suficiente antes del brote del virus, según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés). Una cuarta parte de la población del África subsahariana está desnutrida.
“Esto es el doble que cualquier otra región”, explicó Sean Granville-Ross, director para África de la ONG Mercy Corps. "Con las cuarentenas, cierres de fronteras y la capacidad para acceder a la comida restringida, el impacto del COVID-19 en África podría ser como nada que hayamos visto antes”, agregó en referencia a la enfermedad provocada por el coronavirus.
Las restricciones, que no incluyen provisiones para ayudar a los pobres, “podría afectarnos mucho mucho”, dijo Lola Castro, directora regional del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) para el sur de África.
mmr
HARARE.- En una redada antes del amanecer en un Zimbabue hambriento, la policía encargada de hacer cumplir una cuarentena por coronavirus confiscó y destruyó tres toneladas de frutas y verduras frescas prendiéndoles fuego. Blandiendo sus porras, dispersaron a un grupo de agricultores que había viajado de noche, violando las restricciones de movimiento, para llevar el preciado producto a uno de los mercados más concurridos del país.
La comida se quemaba mientras los agricultores regresaban a sus casas con las manos vacías, una escena increíble en un país y un continente donde la comida es muy escasa.
Fue un ejemplo extremo de cómo las cuarentenas para ralentizar la propagación del coronavirus podrían estar asfixiando el ya vulnerable suministro de alimentos en África.
Las cuarentenas decretadas en al menos 33 de las 54 naciones africanas han impedido que los agricultores lleven sus productos a los mercados y han amenazado el reparto de ayuda alimentaria en poblaciones rurales. Muchos mercados informales donde millones de personas compran su alimento están cerrados.
Casi una de cada cinco personas en África, cerca de 250 millones, no tenían comida suficiente antes del brote del virus, según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés). Una cuarta parte de la población del África subsahariana está desnutrida.
“Esto es el doble que cualquier otra región”, explicó Sean Granville-Ross, director para África de la ONG Mercy Corps. "Con las cuarentenas, cierres de fronteras y la capacidad para acceder a la comida restringida, el impacto del COVID-19 en África podría ser como nada que hayamos visto antes”, agregó en referencia a la enfermedad provocada por el coronavirus.
Las restricciones, que no incluyen provisiones para ayudar a los pobres, “podría afectarnos mucho mucho”, dijo Lola Castro, directora regional del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) para el sur de África.
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