El vuelo LA800 de la aerolínea Latam Airlines sufrió una falla técnica el pasado 11 de marzo, lo que ocasionó que alrededor de 50 pasajeros resultaran heridos al ser propulsados hacia el techo de la aeronave. La compañía definió el incidente como "un fuerte movimiento cuyas causas están siendo investigadas".
En el avión viajaban 263 pasajeros y 9 tripulantes, según la aerolínea, comunicaron también que 10 pasajeros y tres tripulantes "fueron derivados a un centro médico para confirmar su estado de salud". De los cuales 11 fueron dados de alta, así lo informó Latam Airlines en un último comunicado el lunes por la tarde.
Una decena de ambulancias y otros vehículos médicos fueron desplegados para atender a los heridos. De acuerdo con primeras declaraciones de la aerolínea el avión aterrizó a las 16:26 hora local en el aeropuerto de Auckland tal como se tenía programado.
Los servicios de rescate indicaron que fueron alertados hacia las 16:00 horas locales (03H00 GMT), cuando el avión comenzó el descenso hacia el aeropuerto de la mayor ciudad de Nueva Zelanda.
"Nuestros equipos de ambulancia evaluaron el estado de unos 50 pacientes, uno de los cuales se encontraba en estado grave", indicó a la AFP Gerard Campbell, de los servicios de emergencias del St John
Hasta el momento las nacionalidades que se han dado a conocer de los pasajeros heridos son: cuatro australianos, dos brasileños, dos neozelandeses, un francés y un chileno.
Las personas se propulsaron hacia el techo
Actualmente un pasajero y un miembro de la tripulación siguen hospitalizados en Nueva Zelanda debido a la fuerte sacudida, en la que varias personas fueron propulsadas hacia el techo.
"Sólo un pasajero y una tripulante presentan lesiones que requieren de atención adicional, pero sin riesgo vital", agregó la compañía,
Pasajeros explicaron a la prensa local que el aparato, un Boeing 787 Dreamliner, perdió altitud rápidamente cuando sobrevolaba el mar de Tasmania entre Australia y Nueva Zelanda, y propulsó al techo a las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
"La gente salió volando porque no llevaban sus cinturones", declaró un pasajero a la radio pública RNZ. "Algunas personas quedaron bastante heridas. La gente tuvo realmente miedo", dijo este hombre, con voz temblorosa.
"Estaba contra el techo del avión, de espaldas, con la cabeza hacia mí mirándome. Era como 'El exorcista'", contó Jokat a RNZ, en referencia a una recordada escena de la película de terror de 1973 del director William Friedkin.
En videos difundidos en la página de NZ Herald se ve a varios tripulantes y pasajeros que atienden a una mujer herida en el suelo del aparato, mientras se oye en los altavoces un mensaje preguntando si hay un médico a bordo.
Recuperan registro de vuelo
Investigadores neozelandeses recuperaron este martes el registro de vuelo de el avión Boeing de la aerolínea Latam, como parte de la pesquisa de la sacudida que propulsó a los pasajeros al techo del aparato en un vuelo entre Australia y Chile vía Auckland.
Investigadores de accidentes en Nueva Zelanda indicaron el martes que comenzaron a recoger evidencia, "incluyendo la incautación de las grabadoras de voz y datos de vuelo de la cabina".
Los problemas de Boeing
Este incidente tiene lugar dos meses después de que otro modelo del fabricante estadounidense Boeing registrara un problema. Por lo que ahora están bajo la mira después de una serie de incidentes recientes.
Sus aviones 737 MAX fueron inmovilizados durante casi dos años por dos accidentes en vuelos de la indonesia Lion Air y de la etíope Ethiopian Airlines en 2018 y 2019.
"Estamos trabajando para recoger más información del vuelo y suministrar cualquier apoyo necesario", dijo la empresa en un comunicado.
Posteriormente agregó que "Boeing está listo para apoyar actividades relacionadas con la investigación conforme se le solicite".
En enero, en un avión de Boeing 737 MAX de Alaska Airlines, una puerta se desprendió poco después del despegue provocando varios heridos leves.
La semana pasada, un Boeing 777 dirigido a Japón tuvo que aterrizar de emergencia tras el despegue en San Francisco por el desprendimiento de una rueda.
Los reguladores estadounidenses dieron este mes a la empresa 90 días para solucionar sus problemas en el control de calidad y la instaron a comprometerse en "mejoras profundas y reales".