Un adolescente de 15 años fue sentenciado a cadena perpetua por un juez del Tribunal Superior de Nueva Zelanda, tras haber asesinado con un cuchillo a un hombre durante un ataque que sucedió en enero de 2021, en la región de Northland, en la Isla Norte.
Por haber matado con 13 puñaladas a Bram Willems, de 22 años, el joven de identidad no revelada obtuvo su sentencia, revisable al cabo de 10 años, en un proceso judicial que se llevó a cabo en 2021.
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El menor no había atacado a Willems con la intención de matarlo, de acuerdo al juez Timothy Brewer, del Tribunal Superior de la localidad septentrional de Whangarei.
Brewer había estimado que el joven explotó de la ira y comenzó a apuñalar a Willems, no obstante, indicó que estaba seguro de que tenía una constante apreciación de lo que estaba haciendo, sabiendo que podría asesinarlo, y aún así, siguió adelante con el ataque.
Willems había salido con el joven acusado y con tres primas en un coche, incluso había ofrecido alcohol y drogas a este grupo, sin embargo, después se generó el asesinato cuando el agresor culpó a la víctima de haber actuado de manera inadecjuada frente a una de sus familiares.
La sentencia contra el menor, considerada como la más severa que se aplica en Nueva Zelanda desde que la pena de muerte fue abolida en 1989 para crímenes graves como asesinato, terrorismo o narcotráfico, señala que el acusado debe pasar al menos 10 años en la cárcel antes de poder siquiera pedir la libertad condicional.
Por su parte, el abogado Ron Mansfield, solicitó una condena de cinco o seis años para su cliente después de que argumentó que sería injusto que se le adjudicara una cadena perpetua utilizada para castigar a adultos que cometen asesinatos.
AA