José Erón Vargas Salcido es quien da vida a la botarga del 'Guerrero', labor que ha desempeñado a lo largo de 20 años en los que se ha convertido en símbolo del equipo y parte de la identidad de toda la comunidad albiverde.
Erón es actor y se dedica también al entretenimiento como cuenta cuentos con una amplia trayectoria y reconocimiento ene se área, pero donde ha pasado los momentos más emotivos de su trabajo ha sido como Guerrero, del cual ha vestido 9 modelos distintos, aunque también dio vida a la botarga del Pollo en el beisbol.
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Fue en 2004 que recibió la invitación de parte de Santos Laguna para enfundarse en la botarga del equipo: "Me preparé muy bien para darle personalidad, trabajé en los movimientos que iba a tener y pensé cómo sería su voz si algún día la fuera a tener, entonces me puse a trabajar".
Y es que también hace pretemporada, pues asegura que es muy pesado el traje y con el calor de la región necesita prepararse físicamente para estar apto para el trabajo.
"Me gustaba el viejo estadio, ya que cuando me presentaban, como el espíritu de mil batallas, salía por del túnel debajo de la tribuna donde estaba una de las porras y se oía la mentada de madre, algo que para mí era como un saludo", comenta.
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Comparte que cuando se pone nervioso, cuando va a salir frente a ese gran número de personas, es la misma emoción que sentía hace 10 años, "porque pueden venir jugadores distintos, dueños distintos, muchas cosas, incluso otro que la haga de Guerrero, pero lo que es perene es la botarga, que representa mucho para toda La Laguna".
Erón afirma que lo que le llena es el Guerrero, porque trasciende y cada vez que sale a trabajar sabe del alcance de sus acciones, de la responsabilidad que tiene y el cariño que hay hacia el personaje que representa, sobre todo el impacto que tiene en los niños, de las emociones que puede llegar a generar en un partido de futbol o en alguna actividad fuera de la cancha.
"A veces te aburres, te cansas, pero cuando te pones la botarga todos se te olvida. Me transformo, sobre todo el cansancio, pues recuerdo que una vez bajé 2.800 en dos horas, el doctor me dijo que estaba deshidratado, pero no paré. En esto te paga bien la risa de los niños, recordando una emotiva ocasión cuando convivió con niños con cáncer, quienes le dieron una buena lección de vida", cerró.