El segundo festival de altares de muertos y concurso de catrinas y catrines, organizado por el Partido Revolucionario Institucional, logró reunir a 110 participantes y decenas de niñas, niños, jóvenes y jovencitas que rindieron tributo a los que ya no están.
El Jardín de Niños Venustiano Carranza de la colonia Las Arboledas, tuvo una importante participación, nueve de sus estudiantes protagonizaron personajes de la historia y formaron parte de los elementos que incluyeron este año su altar.
El aroma a incienso, a comida preparada especialmente para este día, además de las velas, y los colores de los pétalos de la flor de Cempasúchil, además del blanco de la sal, formaron parte de un escenario de otro mundo, del más allá, de una recreación de cómo será el proceso de transición del mundo de los vivos hacia el de los muertos como parte de una tradición cien por ciento mexicana.
Siete niveles como lo manda esta tradición, un camino de sal, un perro que guía las almas, espejos que simulan la pureza, la comida de los difuntos, la caña, las veladoras e imágenes que asemejan los santos en el cielo, fueron expresados en estos altares que cubrieron la explanada.
Este año la meta se cumplió, los organizadores lograron conformar un punto de expresión de la cultura de los días de la fiesta de los difuntos, además de reunir a más de diez mil personas que fueron testigos de objetos como catrinas de grandes dimensiones y altares con 360 grados de detalle.