Durango. Uno de los antojitos y postre preferido por gran parte de los Duranguenses es la semilla de calabaza, es su sabor y su bajo costo lo que la ha hecho la preferida sin importar la hora y día pues se puede deleitar solo, con amigos, en familia y es para todo tipo de ocasión. Desde hace 18 años Humberto Castro y su esposa Susana se han dedicado a la elaboración de semillas, pero de una manera particular y con un toque único que los ha caracterizado pues su técnica es 100% artesanal.
Estas semillas han viajado a diferentes estados del país, incluso a otros países pues son los mismos clientes quienes le hacen pedidos en kilos para poder llevarlos como regalo o bien para consumo propio. La familia Castro se encuentra en la avenida Instituto Durango y todos los días se instalan a partir de las 3 de la tarde.
Su elaboración no es tan sencilla como para solo abrir la bolsa y empezar a comerlas, sino que todo este proceso lleva alrededor de 2 días, como mínimo, para estar listas para su venta así que la próxima vez que usted ponga en su paladar una de estas semillas no olvide reconocer todo este proceso que hacen que usted las disfrute como únicas.