Acción Nacional conforma su asamblea constituyente el 16 de septiembre de1939, impulsado por la iniciativa de un grupo de ciudadanos libres y ejemplares encabezados por Manuel Gómez Morin quien dentro de sus logros personales y profesionales está el haber sido fundador del Banco Central hoy Banco de México, el haber sido Rector de la UNAM y el pertenecer a un grupo de intelectuales conocidos como los 7 sabios entre muchos otros logros; es decir un hombre con un profundo amor por su patria, con una preparación profesional impecable pero también con una visión demócrata y una honestidad a toda prueba; ese grupo de mexicanos coincidieron en que resultaba necesario generar conciencia ciudadana para despertar el ánimo entre la sociedad con el fin de que se percataran de los problemas que padecía la nación y esto los motivara a buscar mediante una forma organizada y pacifica la participación y búsqueda conjunta de soluciones para la convulsionada vida que nuestro país vivía en esos momentos de la época postrevolucionaria; es decir el instituto político nace de la necesidad de construir ciudadanía.
Llama poderosamente la atención que según el acta constitutiva de Acción Nacional lejos de pretender llegar al poder por el poder mismo; sus objetivos y postulados como partido político se referían principalmente a promover la actividad cívica organizada y permanente, a intervenir en todos los aspectos de la vida pública de México, para lograr la realización de los principios fundamentales como el reconocimiento de la preeminencia del interés nacional sobre los intereses parciales y la ordenación y jerarquización armoniosas de éstos en el interés de la nación, el reconocimiento de la eminente dignidad de la persona humana y la obtención de todos los medios físicos y espirituales requeridos para garantizar con eficacia esa dignidad, la subordinación de toda actividad individual, social o del Estado, a la realización del Bien Común entre otros objetivos; es decir en todo momento sitúan a la persona como eje central del proyecto de gobierno y de las políticas públicas.
De esa forma surge una oposición organizada, pacífica y preparada para enfrentar los excesos del régimen, debiendo reconocer a todos aquellos que a pesar de poner en riesgo su vida pusieron por encima de cualquier interés sus ideales y el interés general de la ciudadanía; durante esos 86 años de existencia los estatutos de partido y los principios de doctrina se han actualizado, pero siempre teniendo como eje central la eminente dignidad de la persona humana, sin duda alguna no podemos concebir la historia del país a partir de la década de los cuarenta sin la presencia de un partido que ha sabido encabezar causas ciudadanas hasta lograr llegar en una forma pacífica y constructiva a la Presidencia de la Republica, queda claro faltan aún muchos capítulos por escribir, por lo pronto no me resta más que desearle una larga existencia a este Instituto Político que ha sido motor de la transformación de la vida democrática de nuestro país.