Ciudad Acuña, Coah.- A pesar de los llamados que han realizado las autoridades de México y Estados Unidos para que la caravana migrante no cruce por el cauce del Río Bravo, los haitianos poco parece importarles, ya que continúan con su búsqueda del “sueño americano” y no claudicarán en el intento.
En una medida drástica, maquinaria pesada está deforestando uno de los márgenes del río fronterizo (del lado mexicano) para poder ubicar con más facilidad a los caribeños que buscan llegar a tierras estadunidenses.
Algún “coyote” tendió un puente endeble, pero efectivo, se trata de una soga atada a un tronco con un diámetro no mayor a los 20 centímetros, esa es el único “seguro de vida” que los migrantes pueden pagar.
Del otro lado los esperan sus familias, en Del Río, Texas allá pasan la mayor parte del día, no tan libres como en suelo mexicano debido a la férrea presencia de la “border patrol”.
Los hombres bajan a Ciudad Acuña en las mañanas por comida, para eso deben pedir dinero en las esquinas, limpiar parabrisas o cualquier otra “chamba” eventual que les salga. A eso de las 11 tienen que regresar a alimentar a los que dejaron en Estados Unidos.
La cruda imaginación y emprendimiento de los mexicanos están presentes; muy temprano también llegó Charo, ella es mexicana, habitante de Ciudad Acuña que vende gorditas y tacos de papa con chorizo, de chicharrón, de huevo y otros guisos, espera tener suerte hoy: “Sí, cuesta 65 la orden (cuatro gorditas o tacos) y 20 el refresco” algunos haitianos traen en “ziplocs” dinero que les envían sus familiares de Estados Unidos y comprarán alguno de estos platillos.
Mientras tanto, algunos otros esperan a que las autoridades resuelvan, de manera diplomática, esta crisis humanitaria.