MONTERREY.- Han pasado 30 años desde que el huracán 'Gilberto' azotó a Nuevo León y el rugido de la corriente del Río Santa Catarina aún se escucha en sus mentes, la imagen de las crestas de agua por encima de los puentes es imborrable y para algunos la angustia que les provocó quedarse sin hogar todavía les da escalofrío.
Al comandante Martín Castillo de Protección Civil del Estado le tocó estar en el edificio latino coordinando a grupos de rescate a través de radio.
Así fue como se enteraron de los cinco autobuses que fueron arrastrados por la corriente a la altura de Miravalle y como en el intento de rescate, el comandante de la Policía Judicial, César Cortez y tres de sus elementos así como el chófer de un traxcavo que los ayudaba murieron.
La creciente arrasó con casas ubicadas en los márgenes del río sobre todo en Santa Catarina y San Pedro. Familias enteras fueron rescatadas por el Ejército Mexicano justo a tiempo.
Cuando la lluvia cesó, regresaron al lugar sólo para darse cuenta que no había quedado nada de su patrimonio.
En la colonia San Gilberto en Santa Catarina hay cientos de sobrevivientes, son las familias que fueron reubicadas después de la tragedia.
Después de vivir en albergues, comenzaron una nueva etapa en su vida.
El huracán 'Gilberto' se gestó el 3 de septiembre de 1988 en la costa de África y llegó a Nuevo León la noche del 16 de septiembre. A su paso dejó más de 200 muertos, incontables personas desaparecidas y cuantiosos daños materiales.
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