Durango. Margarita es una señora que por cuestiones del destino no conoció a sus padres, desde muy pequeña los vecinos de la colonia insurgentes la resguardaron y le brindaron un hogar fue hasta su mayoría de edad cuando empezó a laborar en diferentes empresas y comercios, desgraciadamente al contar con la tercera edad no pudo recibir una pensión que le ayudará con sus gastos, principalmente con el problema de su cadera ya que desde hace algunos años se cayó en la vía pública y le fue puesta una placa provisional, debido a la falta de atención médica no ha podido llevar un tratamiento que le permita mejorar su salud.
La señora Margarita vive en el albergue tambitos, por lo que sale todos los días desde temprana hora a buscar el apoyo de la ciudadanía, sin descansar se instala afuera de la catedral en espera de juntar lo necesario para poder comer y si bien le va, comprar su medicamento para las articulaciones ya que su pierna derecha no le responde como hace unos años.
A Margarita la acompaña una bolsa donde carga sus pocas pertenencias, su silla de ruedas que ha sido su compañera durante varios años y la esperanza de mejorar sus días. Nunca tuvo hijos o esposo, asegura que ella misma ha logrado salir adelante, aunque su vida no ha sido como esperaba.