SAN DIEGO (AP) — Los cargos contra dos hombres por contrabando de pepinos de mar de México a Estados Unidos y después a Asia han puesto de relieve un creciente y lucrativo negocio trasfronterizo ilegal.
David Mayorquín y su padre, Ramón Torres Mayorquín, están acusados de comprar pepinos de mar capturados ilegalmente por pescadores furtivos de la península de Yucatán, en México, pagar bajo nombres falsos y declarar menos peso y valor del real a inspectores en el paso fronterizo de Otay Mesa, en San Diego, contiguo a la ciudad de Tijuana en México.
Desde San Diego, ambos hombres supuestamente embarcaron el producto a diversos países de Asia, donde los pepinos de mar son considerados un manjar y se piensa tienen valor medicinal y cualidades afrodisiacas.
Por años, los inspectores fronterizos han advertido el contrabando de pepino marino procedente de México, pero los cargos contra los Mayorquín y su empresa familiar, Blessings Inc. de Tucson, Arizona, son sobresalientes debido enorme volumen de los envíos.
El pepino de mar se vende a entre 300 y 500 dólares el kilogramo en Asia, señalaron las autoridades, lo cual ayuda a explicar por qué es atractivo para los pescadores furtivos y los contrabandistas.
David Mayorquín, quien aparece como el director general de la compañía en los expedientes públicos, supuestamente compró pepino de mar por 13 millones de dólares, a sabiendas de que los capturaban sin autorización y fuera de la temporada, y lo vendieron por 17,5 millones.
La acusación formal, interpuesta el miércoles en una corte federal en San Diego, abarca las operaciones efectuadas de enero de 2010 a julio de 2012.
La unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional emprendió una pesquisa en 2012 debido a que las operaciones de la compañía despertaron sospechas, dijo James Plitt, agente especial adjunto a cargo en San Diego. Los investigadores examinaron los expedientes financieros y de envíos.
“Estos casos requieren muchos documentos para poderse fundamentar”, señaló Plitt. “El volumen de documentos que es necesario reunir y corroborar es significativo”.
Los investigadores encontraron correos electrónicos que supuestamente muestran cuando la familia se comunicaba con otras personas en relación con las compras ilegales, indicó la unidad de Investigaciones.
“Espero que usted esté consciente de que está pidiendo 17 toneladas y no tenemos papeles para esa cantidad, puesto que todo el producto de Carlos carece de factura”, escribió en 2011 un proveedor a David Mayorquín, situación mencionada en la acusación formal. “Casi 10 toneladas viajarían sin papeles”.
Los acusados también sobornaron a autoridades mexicanas, dijeron los fiscales. Un correo electrónico incluido en la acusación muestra que se pide a Mayorquín una contribución de 32.000 dólares para el pago de sobornos.
Los documentos judiciales no enlistan un abogado para los Mayorquín ni para su compañía, que también enfrenta cargos. Una mujer que contestó el viernes el teléfono en Blessings dijo que la firma no haría declaraciones sobre el particular y colgó.
Los pepinos de mar tienen la forma de pepinos, están provistos de pequeñas patas y miden hasta 1,80 metros (seis pies) de longitud. Pertenecen a la familia de los equinodermos, que incluye a las estrellas y a los erizos de mar.
Se sirven secos o frescos, y a menudo se les acompaña cocidos con pescado, verduras y salsas tradicionales chinas. Algunas personas les atribuyen beneficios contra el dolor de articulaciones, el cáncer y las inflamaciones.
La captura de pepinos de mar está permitida en Estados Unidos y muchas partes del mundo, pero en cantidades limitadas y sólo durante la temporada alta.
Blessings tenía autorización del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos para importar y exportar pepino de mar, según la acusación formal.
Los inspectores fronterizos en San Diego investigaron tres cargamentos comerciales _grandes y legales_ tan sólo la última semana, dijo Erin Dean, la agente residente a cargo de la oficina de Pesca y Vida Silvestre en el sur de California.
Los fiscales también han detectado un aumento de casos de contrabando, en los que por lo general los implicados esconden los animales en vehículos o en el cuerpo, agregó.
La totoaba, cuyas vejigas secas son vendidas en miles de dólares a comerciantes chinos, también suele ser enviada de contrabando de México a California. Durante la pesca de totoaba, a menudo las vaquitas marinas quedan atrapadas en las redes, lo que ha contribuido a que su población haya caído hasta unos 30 ejemplares.