Daniel Alvarado es un conductor de plataforma de taxis ejecutivos, de 50 años que lleva tres años trabajando para esta compañía y tiene otro trabajando reparando copiadoras, mismo al que le ha dedicado 20 años.
En este segundo trabajo ha logrado hacerse con una cartera de varios clientes, misma que le ha ayudado a generar un ingreso extra, además de la plataforma de vehículos ejecutivos.
Sin embargo, ante la contingencia que se está viviendo en el país por el virus covid-19, Daniel está empezando a tener afectaciones en sus trabajos.
Y es que con las escuelas vacías, oficinas cerradas y papelerías sin recibir clientela, la utilidad de esta herramienta de trabajo se ha reducido al 2%, limitando drásticamente el servicio que Daniel ofrece.
Sucede la misma situación con la plataforma de autos ejecutivos de la que forma parte: ante las indicaciones de las autoridades de los tres niveles de quedarse en sus casas, quienes utilizan esta opción como medio de transporte se ha englobado a una pequeña población, que, al igual que Daniel, no pueden detener sus labores.
Como su trabajo consiste en conducir por las calles de la ciudad, Daniel ha sido testigo de cómo esta urbe se está quedando sola progresivamente, observando que varios negocios de la ciudad dejan se recibir clientela, incluso en domingos, día de la semana en que es característico que la ciudad presente mucha más afluencia.
En ese sentido, restaurantes, centros comerciales, gasolineras, carnicerías y casi todos los negocios que permanecen abiertos han quedado incomparables en contraste con la venta que tenían hace dos semanas cuando esta situación empezaba a desarrollarse.
Pese a la minúscula cantidad de viajes y la difícil situación que Daniel y miles de conductores están pasando, la plataforma digital no ha emitido algún mensaje dando apoyo que pudiera aliviar la preocupación latente, solamente han comunicado las medidas preventivas que ya todo mundo conoce.
Precisamente por esta razón, en días pasados varios conductores de autos ejecutivos manifestaron su molestia en las instalaciones de esta oficina, pegando cartulinas en las ventanas y puerta de entrada con mensajes de desaprobación hacia esta plataforma. Lamentablemente, debido a que las oficinas anunciaron el cierre temporal desde la semana pasada, la denuncia no se hizo escuchar a quienes deberían.
Aunado al poco dinero que están generando los conductores, también corre por su cuenta los gastos de gasolina, artículos de higiene como cubrebocas y gel. Además, las comisiones que les cobran no han bajado, llevándose la aplicación hasta el 30% de las ganancias de los trabajadores.
Ante esta situación, y aunque su familia le pide que se quede en su casa para evitar riesgos, Daniel no puede detener sus labores, pues, como sucede con una mayoría en el país, viven de sus ingresos diarios.
Además, Daniel considera que esta situación apenas está viendo su inicio, pues la crisis económica continuará su curso incluso meses después de que los estudiantes regresen a la escuela y las oficinas y negocios vuelvan abrir sus puertas.
Derivado de esta situación, ya está empezando a considerar varias opciones mediante las cuales puedan solventar sus gastos sin complicar su situación económica. Espera que la cartera de clientes que tiene por el mantenimiento de las copiadoras pueda generarle al menos lo básico para mantenerse. En caso contrario, recurrirá a vender algunas de sus pertenencias para poder hacerse con un poco de dinero.