En dos meses el arribo de sargazo a las playas de Quintana Roo ha superado en más de 110 mil metros cúbicos el recolectado en 2015. Según la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, ese año fueron levantados 10 mil 573 metros cúbicos, pero la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) del estado reveló que del 19 de junio al 6 de agosto de 2018 van 124 mil 30 metros cúbicos retirados, mil 173 por ciento más, por lo que ya se prepara un muro de arena para contener el fenómeno.
Fue en junio de este año, tras recibir 62 millones de pesos de la Federación, cuando las autoridades estatales iniciaron el retiro del alga en 405 kilómetros de las playas de este destino turístico.
Los pronósticos son que la presencia del alga va a extenderse hasta octubre, mientras tanto los trabajos de recolecta en los arenales continúa por parte del gobierno del estado, municipios y empresarios hoteleros.
El consenso de centros de investigación, académicos y gobierno es que la mejor forma de atender este fenómeno es colocar barreras para contenerlo y desviarlo en el mar para evitar que llegue a las playas, informó el titular de SEMA, Alfredo Arellano.
Dando seguimiento al anuncio del gobernador Carlos Joaquín González, esta semana se colocará la primera barrera en el litoral marino a la altura de Punta Nizuc en Benito Juárez (Cancún).
Manifestó que ayer hubo una reunión de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas, la SEMA y la empresa que colocará las barreras que permitirán desviar el sargazo, a fin de que no llegue a la costa. En la junta se detallaron los puntos para la instalación de la primera barrera. Posteriormente se ubicarán en la costa de Tulum, Playa del Carmen, Mahahual y Puerto Morelos.
Se trata de sacos de arena reforzados por estructuras metálicas, ancladas al subsuelo marino para evitar la llegada del alga.
“Al devolver la macroalga a las corrientes mediante estas barreras evitaremos la llegada excesiva de dicha vegetación que, cuando hace contacto con la arena de la playa, puede ocasionar cambios en el equilibrio de los ecosistemas expuestos. De esta manera garantizamos más y mejores oportunidades para que los quintanarroenses tengan un ambiente sano, protegiendo la belleza de nuestras costas”, enfatizó el titular de SEMA.
“Sabemos cómo se mueven las corrientes marinas, las contracorrientes y vientos, por lo que hicimos un modelaje para encontrar las zonas más vulnerables y con base en esta información se colocarán las barreras, que estarán ancladas al subsuelo marino, pero con la posibilidad de retirar para ser utilizar en la próxima temporada”.
La presencia del sargazo también está presente a escala mundial, en países del Caribe y también en regiones de África.
Arellano destacó que este verano la invasión de playas por colosales bancos de sargazo generó una seria crisis en Quintana Roo, por el impacto que representaron miles de cancelaciones y el retorno de turistas, quienes abandonaron este destino y se dijeron desalentados por el fétido aroma de algas descompuestas y un desagradable color marrón sobre el agua color turquesa del mar Caribe.
La crisis afectó la imagen de la entidad —emblemática del turismo mexicano en el mercado mundial—, generó fricciones políticas entre hoteleros y gobierno estatal, estuvo a punto de agotar recursos del Fondo Nacional de Desastres y se llegó al extremo de pedir que Quintana Roo fuera declarado zona de desastre a causa del sargazo.
No obstante, la Secretaría de Turismo de Quintana Roo señaló que a pesar del recale masivo de esta alga, las actividades turísticas se mantienen sin afectaciones y reiteró que la presencia del sargazo solo se encuentra en menos de 3 por ciento del territorio de Quintana Roo.
En julio, el aeropuerto de Cancún reportó un incremento de 4.5 por ciento en el total de pasajeros, con respecto al mismo mes del año anterior, y la ocupación hotelera se encuentra a más de 93 por ciento y los fines de semana hay lleno total”.
FALTA INVESTIGACIÓN
En días pasados, MILENIO publicó que la doctora Brigitta I. van Tussenbroek, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Puerto Morelos, aseguró que las autoridades y hoteleros “combaten el arribo del sargazo desde la ignorancia”, porque no saben el manejo que se le debe dar al alga marina para evitar un daño mayor al ecosistema.
“Al ser un fenómeno relativamente nuevo, no se ha estudiado lo suficiente, ni hay lineamientos establecidos para combatirlo”. En las playas públicas es la Secretaría del Medio Ambiente la que se encarga de la remoción del sargazo, pero en las zonas hoteleras son los empresarios quienes están haciendo el trabajo.
CLAVES
ALERTA
Datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) indican que nunca en la historia del país arribó tal cantidad de alga, la cual invade el litoral de Quintana Roo.
Son más de 200 toneladas por kilómetros de costa del Caribe mexicano que han dejado atrás el color azul turquesa de las playas de Quintana Roo, para teñirlas de un tono que asemeja un mar de lodo, lo que aleja a turistas nacionales e internacionales.
Desde 2011, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estudian el fenómeno. Aseguran que de no atenderse puede generar a corto plazo un desastre ecológico y grave daño a los ecosistemas marítimos.