La Arquidiócesis de México buscará erradicar o disminuir los abusos sexuales cometidos por integrantes del clero. Informó que para ello trabaja en la renovación de las estructuras y planes de estudio del Seminario Conciliar luego de que el Papa Francisco pidiera “de manera insistente a los obispos poner especial atención en los seminarios, donde se gesta ese vacío espiritual que en no pocos casos ha permitido debilidades escandalosas y que ensombrecen el rostro de la Iglesia”.
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A través de su semanario editorial Desde la Fe, titulado Renovación sacerdotal desde la Base, destacó que “es innegable que la renovación sacerdotal inicia en las casas de formación, por lo que más que nunca la Iglesia está llamada a actualizar sus procesos, tanto de selección como de acompañamiento y evaluación de los candidatos, a fin de responder a este desafío”.
La Iglesia, indica el documento, se encuentra en un punto crucial en el que no debe dar marcha atrás porque el dolor de las víctimas debe impulsar el trabajo comprometido, bajo el principio de “tolerancia cero”. En ese sentido, señaló que aquéllos que tienen la responsabilidad de ofrecer a los seminaristas una formación integral, deben atender cualquier conducta negativa que pueda agravar más los problemas de abuso sexual, “pues es mejor contar con pocos seminaristas y sacerdotes santos, que muchos acogidos de manera abierta e irresponsable”.
NH
La Arquidiócesis de México buscará erradicar o disminuir los abusos sexuales cometidos por integrantes del clero.
Informó que para ello trabaja en la renovación de las estructuras y planes de estudio del Seminario Conciliar luego de que el Papa Francisco pidiera “de manera insistente a los obispos poner especial atención en los seminarios, donde se gesta ese ‘vacío espiritual que en no pocos casos ha permitido debilidades escandalosas’ y que ensombrecen el rostro de la Iglesia”.
A través de su semanario editorial Desde la Fe, titulado Renovación sacerdotal desde la Base,” destacó que “es innegable que la renovación sacerdotal inicia en las casas de formación, por lo que más que nunca la Iglesia está llamada a actualizar sus procesos, tanto de selección como de acompañamiento y evaluación de los candidatos, a fin de responder a este desafío”.
La Iglesia, indica el documento, se encuentra en un punto crucial en el que no debe dar marcha atrás porque el dolor de las víctimas debe impulsar el trabajo comprometido, bajo el principio de “tolerancia cero”.
En ese sentido, señaló que aquéllos que tienen la responsabilidad de ofrecer a los seminaristas una formación integral, deben atender cualquier conducta negativa que pueda agravar más los problemas de abuso sexual, “pues es mejor contar con pocos seminaristas y sacerdotes santos, que muchos acogidos de manera abierta e irresponsable”.