Durango, Dgo. Los restos del Obispo de la Diócesis de Gómez Palacio, José Fortunato Álvarez, recibirá varias celebraciones en su tierra natal Mexicali, Baja California, antes de partir hacia tierras duranguenses en donde, de igual forma, recibirá las celebraciones eclesiásticas que le corresponden para finalmente ser sepultado de acuerdo a sus deseos, declaró el Arzobispo de Durango, José Antonio Fernández Hurtado, quien lamento el fallecimiento del sacerdote y al mismo tiempo expresó que lo vive en la fe y la esperanza de que descansa junto al Señor.
“He recibido como metropolitano las condolencias del señor Nuncio Apostólico, porque estamos consternados, sobre todo la Diócesis de Gómez Palacio, donde será inhumado de acuerdo a sus deseos”.
El Arzobispo José Antonio Fernández, también dio a conocer que los familiares del Obispo Fortunato Álvarez realizan los trámites correspondientes en su tierra natal, para que sus restos sean trasladados a esta Diócesis de Gómez Palacio, mientras que el Vicario General de Gómez Palacio, el Padre Julio Carrillo se está encargando de los preparativos correspondientes.
Sobre su asistencia a los funerales del Obispo, apuntó que en cuanto se le notifique la fecha de Exequias, ajustará su agenda pastoral para poder asistir a esta celebración.
Además, reconoció que la llegada de José Fortunato Álvarez, se dio en medio de una situación algo difícil de salud para su persona, pues quince días antes de ser nombrado Obispo por el Papa Francisco, en marzo de 2016, se le detectó el padecimiento que sufría, de tal suerte que desde ese momento y a lo largo de estos dos años, enfrentó su situación con valor y entrega.
"Siempre fue entregado y con un gran testimonio de vida, la Diócesis de Gómez Palacio así lo reconoce por estar siempre atento a su feligresía pese a tener este padecimiento que le fue consumiendo poco a poco”, recordó.
Reconoció que el acercamiento entre un sacerdote y su feligresía es importante, incluso por ser la petición y recomendación del Papa Francisco, estar más cerca de la gente “porque al sacerdote le toca acercar a Dios a la gente y a la gente acercarla más a Dios, estamos viviendo un cambio de época y necesitamos esa cercanía porque la gente tiene hambre de Dios y de espiritualidad y Don José Fortunato, segundo Obispo de Gómez Palacio, cumplió a cabalidad el plan pastoral de Dios”, concluyó.