De cara a la llegada de la vacuna Pfizer en Jalisco que inmuniza al cuerpo humano contra el covid-19, Mariel García Chagollán, doctora en ciencias biomédicas con orientación en inmunología e investigadora de la Universidad de Guadalajara, clarificó el funcionamiento y efectos de este biológico en la población.
De manera particular, la vacuna de este laboratorio contra el SARS-CoV-2 utiliza la tecnología de ARN (ácido ribonucléico) mensajero, una secuencia genética del genoma viral, que en pocas palabras le dice a nuestras células qué hacer; en este caso, les pide producir una proteína viral denominada “S” o de espiga.
“Una vez que ese ARN mensajero se encuentra dentro de las células del cuerpo, éstas van a sintetizar la proteína del SARS-CoV-2 para la cual está hecho este mensajero, en este caso, sintetizan la proteína S, de esta manera ya las células empiezan a generar una respuesta inmune”, explicó la especialista.
Luego de que se inyecta la vacuna al paciente, el ARN mensajero ingresa a las células sanas del organismo gracias a una cubierta de lípidos que rodea el material genético. Ya dentro, se produce la única proteína viral que mimetiza una infección, por lo que el cuerpo reacciona con la producción de anticuerpos neutralizantes e inmunidad celular, mecanismos que protegen al organismo de futuras infecciones por coronavirus.
García Chagollán descartó los mitos que corren sobre que la inyección contiene el virus, y señaló que quien reciba la dosis no va a contraer la enfermedad.
“No es que se esté introduciendo el virus, sí se está introduciendo el material genético que nos va a sintetizar una sola proteína de ese virus, que es una proteína que ya se evaluó, que tiene la capacidad de ser realmente inmunogénica, es decir, que no se active una respuesta inmunodeficiente, pero también tiene que ser segura. Es una ventaja de esta vacuna, o sea, no se van a generar partículas virales infecciosas”, destacó.
A través de ensayos, el laboratorio Pfizer ha demostrado que la eficacia de esta vacuna es de un 95% y es necesaria la administración de dos dosis.
Según la doctora, al momento de recibir una vacuna, esta debe asegurar que con una dosis específica el resultado sea provocar una respuesta inmune fuerte y apropiada, y que sea capaz de prevenir una infección real en la gran mayoría de los pacientes vacunados.
Indudablemente el desarrollo de una vacuna es un proceso bastante prolongado y complejo que puede tomar alrededor de 10 a 15 años para su desarrollo óptimo. Sin embargo, la investigadora indicó que la actual epidemia por covi-19 demandó la inmediatez en la producción a gran escala y distribución de la vacuna, lo que obligó a agilizar los procesos y utilizar tecnología de punta aplicada a un nuevo agente biológico, el virus SARS-CoV-2.
CGE