Se requieren 20 minutos en automóvil para recorrer el camino empedrado y montañoso que separa a San Pedro Itzicán de la cabecera municipal de Poncitlán, pero caminando el tiempo puede alargarse hasta dos horas. A esto han recurrido algunos pobladores para trasladarse a Poncitlán y de ahí a Guadalajara para recibir consulta, medicamento o hemodiálisis.
Las comunidades más afectadas como Agua Caliente, Mezcala y San Pedro Itzicán solo tienen acceso a un centro de salud, el cual no tiene personal y medicamentos suficientes.
"[En el centro de salud hay] falta de doctores y medicamento, que muchas de las veces las personas vienen a atenderse y muchas de las veces no hay medicamento y tienen que ir a comprarlos a Poncitlán", comenta Berenice González, trabajadora del centro.
Don Sabino perdió a su hija de 17 años hace casi un lustro. Él es el vivo ejemplo de lo complicado que es lidiar con enfermedad renal y vivir en San Pedro Itzican.
"Yo tenía una hija que se me murió de eso del riñón y teníamos que llevarla hasta Guadalajara a la hora que fuera. A la hora que fuera en la noche y ‘en veces’ el medio de transporte, andar buscando camionetas para que lo llevaran a uno es un problema", dice.
Hace 11 años, el hijo de Erenia murió a los 33 años y para ella era un viacrucis ir a Poncitlán y Guadalajara a recibir atención.
"Había veces que iba uno y se llevaba usted un enfermo que tuviera mucha temperatura y luego le decían, ‘no pues eso no es urgencia, viene mañana’. Al otro día mejor uno se iba a Poncitlán".
Estas condiciones geográficas, aunadas a la pobreza de las comunidades y la falta de servicios médicos de tercer nivel, complican que los enfermos renales puedan tratarse oportunamente.
Parte de las dos macrorrecomendaciones que ha emitido la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) tiene que ver con la negación del derecho a la salud.
Una de las dependencias señaladas por el organismo es la Secretaría de Salud Jalisco, a quien se le pide "atender también los medicamentos, brindarles atención médica, psicológica, generar todas aquellas acciones que les permitan a ellos en la medida de las posibilidades, tener una vida digna y gozar de este derecho humano a un medio ambiente sano, equilibrado, a través de un agua que no contamine, no genere problemas en su salud, un agua que no genere problemas en su salud", expresa Fernando Zambrano Paredes, coordinador de Seguimiento a Recomendaciones y Conciliaciones de la CEDHJ.
En la siguiente entrega indagaremos en las acciones que se están implementando para combatir la incidencia de enfermedad renal en Poncitlán.