MONTERREY.- Al cumplirse una década de una las peores masacres, uno de los más cruentos atentado terroristas contra la población civil en la historia en México, la herida sigue abierta...
Y es que este miércoles 25 de agosto se cumplen 10 años del asesinato de 52 personas en el casino Royale, de la colonia San Jerónimo, en Monterrey.
10 años han pasado desde aquella tarde calurosa de jueves, cuando la vida en la ciudad transcurría en completa calma... hasta que llegaron al centro de apuestas aproximadamente 15 hombres fuertemente armados.
Sin palabras de por medio, los sujetos rociaron con gasolina el interior del inmueble y prendieron fuego. En cuestión de segundos, aquello se convirtió en un verdadero infierno.
La situación fue verdaderamente caótica. Mientras el fuego se avivaba a cada instante y amenazaba con propagarse hacia otros inmuebles, había que actuar de inmediato, con el fin de rescatar al mayor número de personas, aun a costa del riesgo que corría el propio personal de auxilio.
Mientras los responsables del ataque escaparon, dentro del casino Royale la muerte se hizo presente. Aunque algunos empleados y clientes lograron salir y ponerse a salvo, 52 de ellos no tuvieron la misma suerte. Perecieron intoxicados por el denso humo.
Durante los momentos más críticos dentro del caos que se vivía en el interior del inmueble se irguió la figura de uno de los empleados, quien acordó con uno de sus compañeros implementar una rápida acción que permitiera salvar la vida de las personas.
Después de intensas y efectivas maniobras, mediante las que rescató a decenas de personas, el problema era ponerse a salvo él mismo. El riesgo era evidente aún para los propios rescatistas.
La respuesta de las corporaciones de auxilio: Bomberos, Protección Civil, Policía, Cruz Verde, Cruz Roja... fue inmediata, pero no se pudo evitar que el número de fallecimientos fuera tan elevado.
Algunos cuerpos quedaron en el área de los baños, otros en oficinas o en rincones, donde seguramente las víctimas intentaron ponerse a salvo de las lenguas de fuego, y del denso y negro humo que impedía respirar y ver más allá de 10 o 20 centímetros.
La labor de los apagafuego fue titánica: Se trataba del más complicado incendio jamás visto en suelo de Nuevo León. Bomberos, Protección Civil, Cruz Verde, Cruz Roja y Policía, todos enfocando sus esfuerzos en una misma dirección.
A 10 años de aquella tragedia, la herida no cicatriza... y seguramente no lo hará jamás. El 25 de agosto de 2011, Irma Sofía Vélez Alvarado, de 32 años, acordó con su amiga Sara Aurora Ramírez Rodríguez, de 27, acudir al Casino Royal.
Pasaron las horas, y de las dos amigas nada se supo en el transcurso del día. Ya casi en la madrugada, los familiares fueron enterados de que Irma y Sarita estaban entre las 52 víctimas del atentado. El mundo pareció derrumbarse para esta familia que ahora habita en Escobedo.
Irma Sofía Vélez dejó un hijo, Toñito, que ahora tiene 20 años y vive con la abuela materna, de quien es su más grande orgullo. La joven estaba embarazada, y precisamente un día antes de la tragedia se enteró que tendría una niña.
Masacre que debió dejar una enseñanza
Ernesto Jesús Morales García es elemento de Protección Civil del Estado, y vivió el drama de aquel jueves de agosto de 2011. En mente siguen vivas aquellas imágenes, nunca antes vistas, y que parecían formar parte de una película de terror, pero que desafortunadamente formaban parte de una triste realidad.
Reconoce que la masacre en el casino debió dejar una enseñanza no sólo a los cuerpos de auxilio, sino a la sociedad en general, pues nunca antes se había visto un incidente de esa magnitud, con esa cantidad de víctimas mortales.
Pero... ¿cual fue el origen o el motivo del macroatentado que cobró la vida de 52 personas, una de ellas a punto de tener una hija?
Aquella tarde del jueves 25 de agosto de 2011, entre 12 y 15 sujetos que arribaron en dos camionetas y dos automóviles a la rampa del acceso principal del casino Royale.
Llevaban bidones con gasolina, y comenzaron a rociar el interior del centro de apuestas, mientras clientes y empleados observaban incrédulos.
Lo demás es historia: las altas y gruesas lenguas de fuego, el espeso humo negro que se levantaba en una columna visible desde muchos puntos de la ciudad... todo ello se confundía con los gritos de las víctimas, con el pánico que experimentaron quienes dejaron sus vidas entre a aquellos muros y pisos alfombrados.
Investigación apunta al crimen organizado
La investigación arrojó que la masacre fue orquestada por una célula del crimen organizado, en represalia poque los dueños del negocio se negaron a pagar una cuota mensual de 130 mil pesos.
Se estableció que, tras reunirse en un restaurante de la avenida Gonzalitos, más de 20 delincuentes se organizaron para perpetrar el ataque, cuyo objetivo era sólo asustar e intimar a los propietarios, y de paso a clientes y empleados.
Mientras algunos de los sicarios vigilaron en los alrededores, otros fueron a comprar gasolina a un expendio de la colonia Valle Verde.
Casi ninguna fue cumplida. A 10 años de la tragedia, sólo 35 familias fueron indemnizadas con poco menos de 100 mil pesos. El resto esperaba que la administración del Royal entregara un monto sustancialmente superior.
Instalan memorial frente a lo que quedó del casino
En 2014 se erigió un memorial frente al edificio destruido. La estructura de concreto fue dañada completamente un año y medio después, cuando un automovilista sufrió un accidente y se impactó de lleno contra la base.
Lo cierto es que, con memorial o sin él, el recuerdo de cada una de las víctimas sigue intacto entre sus seres queridos, así pasen 1, 5 o 10 años desde aquella tragedia.
Las investigaciones policiacas permitieron, con el paso de las semanas y los meses, identificar y detener a más de una veintena de presuntos involucrados, hombres y mujeres, mayores y menores, participantes directos o indirectos, que lo mismo vigilaron o participaron en forma activa.
Detenidos por incendio en el Royale
Entre las personas que fueron capturadas se encuentra uno de los principales autores intelectuales y materiales del multihomicidio, así como varios de sus principales colaboradores.
Las acusaciones contra el grupo delictivo fueron homicidio calificado y agrupación delictuosa. Fue hasta siete años después de la tragedia que algunos de ellos recibieron sentencias condenatorias de hasta 75 y 100 años de cárcel.
Posteriormente el expediente fue tomado por la hoy Fiscalía General de la República, pero dicha instancia mantiene el asunto en penumbras, y no siquiera a los deudos les ha informado sobre sentencias u otras resoluciones.
El tiempo parece prolongado, y lo es debido a que el derribo muros y losas se lleva a cabo en forma manual, como lo dispusieron las autoridades de desarrollo urbano.
La demolición sorprendió a las personas que perdieron a sus seres queridos.
Algunos expresaron su inconformidad por que las labores posiblemente incluirían el retiro de la estructura frontal, donde los deudos han colocado las cruces por cada una de las víctimas.
En medio del dolor por tan colosal tragedia, entre la sociedad siempre ha existido la interrogante si hubo o no una responsabilidad legal de parte de alguna o algunas instancias de gobierno, ya sea municipal o estatal.
Inaugurado "con bombo y platillo" en noviembre de 2007, el Casino Royale fue clausurado por el Ayuntamiento regio el 4 de mayo de 2011, por falta de permisos para ampliar sus instalaciones.
Sin embargo, reabrió sus puertas tan sólo 27 días después, gracias a un amparo concedido por el magistrado José Alfonso Solís Navarro, quien renunciaría días después de la tragedia.
En la tragedia del Royale murieron 10 hombres y 42 mujeres. Eran 35 clientes y 17 trabajadores.Todos fallecieron a causa de la intoxicación con humo, y siete de los cuerpos presentaban quemaduras o calcinación.
Al cumplirse una década de la peor masacre, el más cruento atentado terrorista contra la población civil en la historia en México, la herida... la herida sigue abierta…
dat