Durango, Dgo. Hace unos años el señor Martín Díaz fue arrollado por un autobús en el bulevar Durango, aunque el responsable no se dio a la fuga, no se hizo responsable de los daños que le ocasionó, pues ahora la vista y el caminar son algunas de las secuelas que le dejó este accidente.
Al no poder continuar con su vida laboral, a sus 72 años se dedica a pedir dinero en las calles del centro, apoyado solo por su andadera camina desde muy temprano para pedir el apoyo de los vehículos, pues este es único recurso para solventar sus gastos y comprar el medicamento necesario.
Martin no tiene familia y vive en una casa prestada, su única fuente de ingresos es la que la gente le brinda, ya sea monetaria o en especie es de gran ayuda, pues sus necesidades van desde comer tres veces al día hasta una andadera nueva para poder seguir con su día a día.