En el mundo más de 800 mil personas se suicidan al año y el problema se ha incrementado en niños, jóvenes y hasta en médicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que cada 40 segundos una persona se quita la vida en alguna parte del planeta, mientras que México no está exento de dicho problema de salud pública, ya que alrededor de 17 personas mueren a diario de esta manera y la tendencia va al alza, aseguró Sol Durand Arias, asistente de la Dirección de Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud.
La especialista refirió que se calcula que en 2016 en México se suicidaron 6 mil 370 personas y la cifra puede ser aún más elevada, aunque la mayoría era prevenible. También detalló que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2015 hubo 2 mil 599 muertes entre personas de 15 a 29 años, ubicándose en la segunda causa de muerte entre adolescentes de 15 a 19 años.
En México solo se destina 2 por ciento del presupuesto en salud a la atención mental, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda que sea 7 por ciento. La tasa de suicidio, en la última década, es de 8.5 por cada 100 mil hombres y de dos por cada 100 mil mujeres, entre los 10 y 17 años en adelante. “Casi 75 por ciento de las personas que consumaron el suicidio presentaban un trastorno mental, sobretodo depresión, asimismo consumo de sustancias como alcohol en adultos y cannabis en los jóvenes”, dijo Durand Arias en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio que se conmemora el 10 de septiembre.
BARRERAS
La especialista reconoció que en México existen barreras para acceder a la atención de la salud mental, es decir, “existe una infraestructura deficiente, muchas veces los recursos y los servicios, cuando hay, suelen ser escasos y limitados.
“Hay falta de coordinación entre las diversas instituciones del sistema de salud para brindar atención y seguimiento. No hay psiquiatras suficientes para atender la gran demanda del país, además de existir un subregistro de los intentos suicidas; a todo ello se suma el impacto causado por los desastres naturales, como terremotos, desplazamiento y migración, traumas y abusos”, señalo Durand Arias.
Las enfermedades mentales, principalmente la depresión, y trastornos por consumo de alcohol, el abuso de sustancias, la violencia, las sensaciones de pérdida, así como aislamiento, sentimientos de rechazo e incapacidad para resolver problemas, entre otros, afectan a adolescentes y también a los médicos. “En México es notable el incremento del suicidio a edades más tempranas y aún no tenemos, a pesar de las investigaciones recientes, una explicación del porqué y del cómo afecta a todos los niveles sociales de la población”, aseveró.
Lo cierto es que los principales métodos de suicidio fueron ahorcamiento 79.3 por ciento, disparo de armas de fuego 8.9 por ciento y envenenamiento 3.8 por ciento. En los últimos cinco años, por ejemplo, se han reportado como primera causa de hospitalización los intentos de suicidio en el nosocomio psiquiátrico infantil Dr. Juan N. Navarro , de la Secretaría de Salud, que atiende a menores de edad.
Los estados que tuvieron mayores tasas de suicidio fueron Yucatán, Aguascalientes, Campeche, Quintana Roo y Chihuahua. Aldo Suárez Mendoza, presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, y Rebeca Robles García, investigadora en Ciencias Médicas en el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”, reconocieron que en el gremio médico es muy susceptible de cometer suicidio o desarrollar ideas de muerte por las presiones, falta de sueño, fatiga y exigencia extrema.
El problema no solo se suscita en este país, ya que en territorio estadunidense se calcula que a cada día un médico se quita la vida al grado de que el número de suicidios del gremio es más del doble que en la población general.