MÉXICO.- El arte siempre ha sido un medio de catarsis de las emociones, de los sentimientos. Inclusive en los últimos tiempos la arteterapia, que es la manera de reflejar experiencias a través de imágenes, ha ganado terreno en víctimas de violencia.
Tessa Dalley, autora de libro El arte como terapia, afirma que “Simbolizar sentimientos y experiencias a través de imágenes puede constituir un vehículo de expresión y de comunicación más poderosa que la descripción verbal, al tiempo que posibilita que estos sentimientos y experiencias se vuelvan menos amenazantes una vez depositados fuera y vistos en perspectiva”.
Hace unas semanas, se conjugaron estas expresiones cuando un grupo de mujeres víctimas de violencia tomó la sede de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en la calle de República de Cuba en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y usaron las obras obras que ahí reposan para hacer catarsis.
Una de estas obras fue la del retrato de Francisco I. Madero, al que las manifestantes le pintaron el cabello de morado y los labios de rojo. Al ver las imágenes, a su autor, José Manuel Núñez, Jomanu, lo invadió la ira.
En entrevista con MILENIO, recordó que se dirigió al edificio del organismo autónomo, ahora declarado refugio “Ni una menos”, para expresar su molestia a quienes intervinieron su obra; pero la realidad que viven las integrantes de estos colectivos víctimas que diariamente son violentadas, abusadas y desaparecidas le cambió la perspectiva.
“Qué tiene que ver el enojo o la pintura de cualquier pintor del mundo a comparación de una vida humana… yo no comparo ningún cuadro con una vida humana”, precisó.
Jomanu inició su carrera como artista a los 14 años en la escuela de Arte José Limón en Culiacán, Sinaloa, donde se mantuvo cinco años hasta que ingresó a la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ocho años más tarde, en 2002, llegó a la CNDH como fotógrafo y más tarde se dedicó a pintar cuadros para el organismo autónomo.
Con su obra intervenida como testigo, Núñez platicó varios minutos con Erika Martínez, madre de una menor de 7 años víctima de violación, que mantiene tomada las instalaciones de la CNDH hasta que se haga justicia por su caso.
Pese a que Jomanu ha seguido recibiendo ataques en redes sociales tras su declaración inicial, aseguró que en este momento su prioridad es apoyar a la causa de las mujeres.
"Esto no se le desea a nadie sé que es un problema nacional y que si a través de este trabajo podríamos hacer empatía a nivel conciencia nacional qué más se podría pedir", puntualizó.
cog
MÉXICO.- El arte siempre ha sido un medio de catarsis de las emociones, de los sentimientos. Inclusive en los últimos tiempos la arteterapia, que es la manera de reflejar experiencias a través de imágenes, ha ganado terreno en víctimas de violencia.
Tessa Dalley, autora de libro El arte como terapia, afirma que “Simbolizar sentimientos y experiencias a través de imágenes puede constituir un vehículo de expresión y de comunicación más poderosa que la descripción verbal, al tiempo que posibilita que estos sentimientos y experiencias se vuelvan menos amenazantes una vez depositados fuera y vistos en perspectiva”.
Hace unas semanas, se conjugaron estas expresiones cuando un grupo de mujeres víctimas de violencia tomó la sede de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en la calle de República de Cuba en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y usaron las obras obras que ahí reposan para hacer catarsis.
Una de estas obras fue la del retrato de Francisco I. Madero, al que las manifestantes le pintaron el cabello de morado y los labios de rojo. Al ver las imágenes, a su autor, José Manuel Núñez, Jomanu, lo invadió la ira.
En entrevista con MILENIO, recordó que se dirigió al edificio del organismo autónomo, ahora declarado refugio “Ni una menos”, para expresar su molestia a quienes intervinieron su obra; pero la realidad que viven las integrantes de estos colectivos víctimas que diariamente son violentadas, abusadas y desaparecidas le cambió la perspectiva.
“Qué tiene que ver el enojo o la pintura de cualquier pintor del mundo a comparación de una vida humana… yo no comparo ningún cuadro con una vida humana”, precisó.
Jomanu inició su carrera como artista a los 14 años en la escuela de Arte José Limón en Culiacán, Sinaloa, donde se mantuvo cinco años hasta que ingresó a la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ocho años más tarde, en 2002, llegó a la CNDH como fotógrafo y más tarde se dedicó a pintar cuadros para el organismo autónomo.
Con su obra intervenida como testigo, Núñez platicó varios minutos con Erika Martínez, madre de una menor de 7 años víctima de violación, que mantiene tomada las instalaciones de la CNDH hasta que se haga justicia por su caso.
Pese a que Jomanu ha seguido recibiendo ataques en redes sociales tras su declaración inicial, aseguró que en este momento su prioridad es apoyar a la causa de las mujeres.
"Esto no se le desea a nadie sé que es un problema nacional y que si a través de este trabajo podríamos hacer empatía a nivel conciencia nacional qué más se podría pedir", puntualizó.
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