MONTERREY.- Previo a cada inicio de ciclo escolar Ofelia Palomo Calderón se preparaba para elaborar entre 300 a 400 uniformes escolares que representaban buena parte del sustento de su familia, en los últimos cuatro meses no ha hecho ni uno sólo, ni siquiera alguna compostura de prendas.
En el taller, ubicado en el número 607 de la avenida Los Fresnos en el municipio de Apodaca impera el silencio pues las máquinas sólo se encienden para realizar cubrebocas con los que obtiene pequeñas ganancias para el día a día.
En los estantes se quedaron algunas prendas que ya tenía confeccionadas para los estudiantes, que no sabe cuándo volverán a las clases presenciales.
Hasta el momento las pérdidas que han tenido son más del 50% por ciento.
Ofelia y su familia esperan que la pandemia termine para poder recuperarse económicamente ya que conforme avanzan los meses, la situación se torna más complicada.
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