Después de terminar su instalación y montar otra exposición en el Instituto Cultural de México, del consulado en Montreal, Betsabeé Romero explicó por qué quiso dedicar su obra a los Huicholes.
“Los vientos soplan hacia conflictos bélicos, la contaminación, contra el diálogo, por lo que es muy oportuna esta iniciativa por la paz. Por más que el arte no tenga tanta capacidad para mover el mundo, este es un gesto de hermandad y solidaridad”, mencionó.
La artista consideró que México y Canadá, “siendo vecinos mutuos de un país que va en reversa, como Estados Unidos”, es bueno que tengan este acercamiento cultural.
Con su “Tributo a Wirikuta” la artista busca dignificar la presencia y sabiduría de los pueblos huicholes de cinco estados de México, quienes han sabido cuidar el desierto para su ceremonia anual “sin adueñarse de él, enseñándonos su capacidad de convivir con la naturaleza”.