Previo al Día de Muertos, habitantes de la localidad de Pomuch, municipio de Hecelchakán, en Campeche, lavan las tumbas y limpian los huesos de sus difuntos.
Las cajas deben permanecer abiertas con los cráneos en la cima de los huesos para que les dé el sol y el aire, como dicta la tradición.
Los familiares también arreglan, pintan y adornan los osarios, es decir la caja donde se depositan los huesos, que son cubiertos por un mantel blanco bordado que lleva el nombre del difunto.
Desde hace 30 años, María Concepción Pantí Hass limpia los huesos de su papá, esposo e hijo.
Pantí Hass acude días antes del la celebración de muertos, va acompañada por su nieta, a quien busca inculcarle la tradición.
Alberto Pech Uc, otro habitante de la comunidad, acude año con año a lavar la osamenta de su mamá, Aurelia Uc Chi, y de su papá, Adriano Pech Zec, quienes tienen 18 y 22 años de fallecidos, respectivamente.