Torreón.- Don Jaime Torres Salinas ve con tristeza las cenizas de lo que durante 32 años fue el negocio familiar que le ayudó a mantenerse.
Fue la noche del lunes 10 de agosto que el fuego consumió su local, donde vendía y reparaba colchones y almohadas, en una finca contigua vivía; todo quedó en el olvido y ya sólo cenizas quedan.
Ahora pide ayuda a la comunidad para salir adelante, ya que se quedó sin trabajo, sin casa y sin un patrimonio para sus hijos.
Con nostalgia relató que fue en los años ochentas que decidió iniciar este micronegocio, mismo que lo ayudó a sacar adelante a su familia, sin embargo, ahora ve su futuro incierto, pues el incendio acabó con todo.
Por esto pide a la Comarca se solidarice con él y le done material de construcción o muebles, para comenzar una nueva vida.
Don Jaime también sufre de diabetes y tiene úlceras en los pies, sin embargo, eso no le impide limpiar los escombros que dejó el incendio, pues quiere iniciar un nuevo negocio para autoemplearse.