Celebrar de manera virtual la Romería, como sucederá este año debido a la pandemia de covid-19, acrecienta la exclusión social, ya que las personas vulnerables que profesan el catolicismo y que no cuentan con un teléfono inteligente o acceso internet quedarán fuera de vivir una de las fechas más importantes para ellos.
“Pone en evidencia la situación económica y el acceso a los recursos”, explicó el doctor Jesús Arturo Navarro, investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), “dicho de otra manera, quiénes están y quiénes se quedan fuera, están en la Romería o podrán estar en la Romería aquellos que puedan contar con los recursos electrónicos para estar ahí, por supuesto, la televisión es casi objeto de uso cotidiano, pero también implica una voluntad para pensar las cosas de manera distinta”.
La emergencia sanitaria no sólo puso en aprieto a las instituciones y organismos públicos y gubernamentales, sino también a las autoridades eclesiásticas, al tener que reformular la manera de garantizar el acceso al ejercicio de la fe, así como su importancia y su impacto en la vida de los feligreses.
“La Romería virtual es una buena ocasión para repensar lo sagrado y repensar el papel de Dios en la historia humana y el discurso religioso, y pensar cómo es que la figura de la madre que cuida y protege se hace operativa en medio una situación de conflicto”, propuso el especialista.
Esta celebración cumple 286 años, y para este 2020 se llevará a cabo sólo con la presencia de autoridades religiosas, al tiempo que será transmitida por internet y televisión.
CGE