Puebla. Como parte de la celebración por los 200 años de la elaboración del Chile en Nogada, en el pueblo mágico de Tlatlauquitepec se ha ampliado la oferta gastronómica.
En entrevista para Milenio, Roman Carmona Guerrero, encargado de despacho de la oficina de turismo del municipio, detalló que existen al menos ocho restaurantes que ofrecen el platillo, a lo que se suman dos cocineras tradicionales quienes lo ofrecen en sus propias viviendas y por encargo. En el caso de ellas, se realizó una visita a la casa de María Margarita Villegas Leal, reconocida por su gran sazón para la gastronomía mexicana.
El lugar se encuentra al exterior de su casa; destacan la gran cantidad de ollas y utensilios de barro tradicional de la zona, todos muy limpios y ordenados, al entrar ya se puede percibir el aroma del humo impregnando el lugar y generando una atmósfera que se distingue del resto de la vivienda. Las llamas están vivas y entre ellas, la cocinera deja pasar el chile, pues más que tatemarlo prefiere pasarlo cien por ciento al fuego.
El proceso del Chile en Nogada
Mientras desvena los chiles con arte, se dice orgullosa de poner en las mesas un platillo exquisito. Al rellenar los chiles, y momentos antes de capear, nos permite probar el relleno, el cual se percibe equilibrado y permite saborear cada uno de los ingredientes, que después se irán identificando bocado a bocado.
En cuanto a dichos ingredientes, al menos el 80 por ciento de ellos son sembrados en la zona, principalmente el durazno criollo y la nuez, que han tenido una buena producción esta temporada.
Luego de capear con maestría los picantes, la orgullosa cocinera permite probar la nogada, a diferencia de lo acostumbrado en el área metropolitana de Puebla, esta es un poco más líquida pero el sabor de la nuez de castilla, resalta bastante.
Tras cubrir los chiles con este característico preparado, la cocinera, que nació y vive en la pequeña comunidad de Xaltenango, coloca el perejil y la granada que terminan el vestido del emblemático platillo.
Generosa en todo momento con sus invitados, cuenta que gracias a su sazón ha rebasado no sólo las fronteras de su municipio, sino las internacionales:
Una vez que ya ha concluido la preparación del platillo tradicional, los comensales pueden sentarse a comer en el comedor familiar de Doña Mago, como le dicen cariñosamente a quien además pertenece al Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, donde su voz es tan querida y respetada como en su propio municipio.
INFORMACIÓN: JESÚS ZAVALA, MILENIO PUEBLA