MONTERREY.- Ante las nulas ventas, la señora Luisa Rodríguez González tuvo que cerrar su puesto de tacos luego de casi dos años de trabajo.
Ubicado por la calle Nepenta, en Fomerrey 115, la ausencia de clientes las últimas tres semanas había arrojado sólo pérdidas en un negocio familiar que representaba su fuente de ingresos.
De manera indirecta, el cierre de escuelas también le afectó porque tenía como clientes al personal docente de la secundaria No 73, y de la primaria María Sandoval Navarro.
Para no estar inactiva, los últimos días la abuela de seis nietos ha elaborado y ofrece cubre bocas de tela para tratar de cubrir las necesidades básicas.
Los pequeños negocios como el de doña Luisa se han visto afectados por la recesión que se vive por las medidas preventivas dictadas por causa del coronavirus.