MONTERREY.- Por más de 30 años, la señora Aurora Loera Moreno había ofrecido antojitos mexicanos en el área del Panteón de La Paz en la fecha del 10 de Mayo.
Este Día de las Madres, la abuela de cinco nietos se quedó sin trabajo y sin la oportunidad de obtener ingresos al ordenarse el cierre de los cementerios como medida de prevención por la pandemia del Covid-19.
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Como todos los panteones en la zona metropolitana, el Parque Funeral de La Paz, en Guadalupe, lució desolado y con vigilancia policiaca.
A unos metros en el domicilio de doña Aurora en la colonia La Joyita se quedaron las mesas esperando visitantes por primera vez en más de tres décadas.
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