MONTERREY.- Los locatarios aledaños a la Basílica de Guadalupe han resentido la cancelación de las peregrinaciones, pues las ventas han disminuido hasta de un 100 a un 10 por ciento.
Sin embargo no pierden la esperanza de que se incrementen en el mes de noviembre.
Doña Juany, una de las comerciantes de la zona, relató que por primera vez en muchos años las calles se encuentran solas y en completo silencio.
"Este año se cancelaron las peregrinaciones, pero la gente sigue viniendo, casi no se vende nada.
"Esperemos que en noviembre las cosas mejoren y se eleve la vendimia, aun hay esperanza", apuntó.
Para no arriesgarse hay otros más que han decidido abrir sólo los fines de semana.
Aunque aún no se sabe si la Basílica de Guadalupe se encontrará abierta durante el festejo de la Guadalupana, los vendedores no pierden la fe de poder recuperarse los últimos dos meses del año.
mmr