ESTADO DE MÉXICO.- En las tragedias es cuando el ser humano saca lo mejor de sí, en México los ejemplos más entrañables son los sismos de 1985 y 2017, donde la gente se volcaba a ayudar a los damnificados, y el derrumbe en el Cerro Del Chiquihuite no es la excepción.
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Desde el día que ocurrió el derrumbe en la calle Alacranes, en la colonia Lázaro Cárdenas, cerca de ahí, los vecinos comenzaron a organizarse para regalar comida a quienes participaban en las labores de rescate.
Efectivos de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional, Marina, Policía municipal y estatal del Estado de México, rescatistas y damnificados, todos ellos han sido alimentados por este grupo de vecinos quienes gracias a los donativos sufragan los gastos.
"Una buena idea inspira a los demás" esta premisa se cumplió a cabalidad en este caso, pues la primera en donar 250 bandejas de comida fue Teresita de Lima, una vecina quien su buena voluntad motivo a sus demás vecinos.
Maribel García, una joven mujer quien es voluntaria en un comedor improvisado que se instaló en la zona. aseguró que todos los alimentos son para todos los que están en la zona cero
Esta comida no es solo para las personas que trabajan en la zona cero, sino también para los damnificados, Maribel asegura que hay personas que no se fueron a los albergues "que les prestaron un pedacito en una casa y ellos son los que vienen comen, desayunan, vienen en la noche por si cafecito y su pan".
Pero la ayuda va más allá, pues además de recibir alimentos ya hechos, reciben insumos, enlatados, sopas, y con ello preparan despensas para los damnificados que tienen un lugar para guisar.
Pero no son los únicos, pues la señora Luz, acompañada por su hija y su nieto reparten té de guayaba y café entre los policías, elementos de la Guardia Nacional, militares y hasta los reporteros, camarógrafos y fotógrafos que realizan la cobertura en el lugar.
Luis, junto con un par de amigos repartieron tacos de bistec y suadero: en cada plato, envuelto con una bolsa, venía una orden de cinco tacos con su respectiva cebolla, cilantro y limones; uno de los acompañantes ofrecía salsa a quien aceptaba la comida.
El dicho reza "donde comen dos, comen tres", aquí en el Cerro del Chiquihuite, los habitantes sacan la casta por su gente, con un taco o un café agradecen y ayudan a todos los que día a día sobreviven a esta tragedia.
ZNR