El trastorno bipolar es una condición mental que afecta en gran medida al estado del ánimo debido a un desequilibrio hormonal en el cerebro; quienes lo padecen pueden tener sentirse desde animados e irritables, hasta extremadamente tristes y deprimidos, o incluso ambos, donde pueden sentirse con mucha energía o simplemente desganados.
El Día Mundial del Trastorno Bipolar tiene el motivo de informar y a bajar la estigma social sobre este padecimiento, y el cual fue asignado el 30 de marzo debido a que este día coincide con el nacimiento de Vicente Van Gogh, artista reconocido mundial e históricamente que padeció este trastorno.
Actualmente se tiene el registro de 4 tipos de trastorno bipolar, tipo 1, tipo 2, el esquizoafectivo de tipo bipolar y la ciclotimia, cada uno con sus diferencias e intensidad.
En el tipo 1 se identifican fases de manía, que es cuando alguien está completamente emocionado, feliz y animado, al punto de llegar a ser irritable, así como una fase de depresión que puede variar desde leve a intensa, conocido como un episodio mixto,
En el trastorno bipolar 2 consiste en una fase depresiva e hipomaniaca, la cual es como la maniaca pero con menor intensidad, no obstante quienes lo padecen pueden llegar a ser diagnosticados con las de tipo 1.
En el caso del esquizoafectivo, su diagnóstico va más allá de problemas mentales fuertes, llegando el paciente a sufrir alucinaciones y delirios con episodios de humor intensos.
En cuanto a la ciclotimia, es muy parecido a los trastornos bipolares tipos 1 y 2, no obstante los episodios de cambios de humor no llegan a ser tan severos, aunque existe el riesgo de padecerlos, y si el tratamiento va por buen camino la duración de la enfermedad podría durar hasta 2 años en adultos y un año en niños y adolescentes.
Ante todo esto ¿Cuál es la causa exacta que provoca a las personas enfermar de un trastorno bipolar? Hasta la fecha no existe una causa específica, sin embargo hay diversos factores tanto en el desarrollo como en la genética que aumentan las probabilidades de padecerlo.
Entre los síntomas más detectables están los claros cambios de humor, desde animados y felices, hasta nerviosos y ansiosos con ganas de estar en actividad constante sin causa aparente, sin determinar una causa de por qué se sienten así; también existen los cambios alimenticios, el insomnio e incluso episodios de actividad sexual intensas o nulas.
Entre los tratamientos para estos trastornos hay dos opciones dependiendo según la gravedad del caso, en el que se usan desde un tratamiento mediante un psicólogo especialista hasta el uso de medicamentos