CIUDAD DE MÉXICO.- Sin modificaciones, el Senado aprobó en lo general la Ley General de Amnistía en un ambiente tenso por la crisis sanitaria y reclamos entre la oposición y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que rechazó haber recibido instrucciones del Ejecutivo para aprobar una reforma que se remitió hace un año, antes de ocurrir la pandemia por coronavirus en el mundo.
Son tiempos de pandemia y el Senado sesionó en medio de cubrebocas, caretas de acrílico, guantes y olor a alcohol de los litros de gel antibacterial distribuido en los pasillos. En sus escaños, los senadores se movieron nerviosos. Algunos se rascan la cara por la picazón provocada por el cubrebocas, que de plano se llevan al cuello, como el morenista José Narro Céspedes o el guerrerense Félix Salgado, que prefirió colgarse un paliacate rojo, como el de Jesusa Rodríguez.
La oposición dio marcha atrás a su decisión de no acudir y una treintena ocupo sus escaños; lo que frustró la intención de Morena, de quedarse en sus cubículos y acudir al pleno solo al votar en grupos reducidos.
En el pleno, los legisladores guardaron la distancia posible, pero rompen las disposiciones oficiales del gobierno capitalino de que no haya reuniones de más de 50 personas en un sitio. La ley pasa en lo general con 68 votos a favor, 14 en contra y dos abstenciones, es decir, 84 legisladores reunidos en el mismo espacio.
Y es que lo que se veía como una sesión de trámite que duraría unas horas, se prolongó más de cuatro horas ante la exigencia de la oposición de incluir otros temas relativos al coronavirus covid-19.
“El Senado está de rodillas ante Andrés Manuel López Obrador, porque parece que lo único que les importa es quedar bien con su patrón”, reclamó airada la panista Kenia López, al demandar a la presidenta de la cámara, Mónica Fernández, someter a discusión las iniciativas enlistadas en la orden del día para legislar en materia de salud y economía, “no hacerlo así es darles la espalda a esos 30 millones que confiaron en Morena y que hoy no ven en ellos una representación clara de las necesidades de México”.
Los priistas Miguel Ángel Osorio, Claudia Ruiz y Beatriz Paredes urgieron a no cerrar los ojos a un planteamiento que recorre todo el país: la necesidad de establecer una estrategia que impida la dramática pérdida de miles de empleos formales, que a decir del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) podrían ser más de 300 mil.
El ex secretario de Gobernación tomó la palabra desde su escaño, para sostener que en el bloque opositor “nosotros no le pedimos al Presidente que nos dé autorización, permiso o nos dicte el tema que quiere que se discuta ¡No! Nosotros lo que pedimos al Jefe del Titular del Ejecutivo Federal es un acuerdo nacional para sumarnos todos y que el tema de salud y económico no sea tan grave como se avecina y se ve que pasará en nuestro país”.
“Todas las naciones en el mundo están yendo juntos a resolver este problema y México no puede quedar ajeno a hacer un acuerdo nacional que permita ver que el impacto sea lo menos posible. Ahí están presidentes municipales, en sus ocurrencias, tomando decisiones que no están más que agravando el problema. Ahí están gobernadores que unos sí lo están tomando con seriedad y otros no están haciendo absolutamente nada”, machacó Osorio entre aplausos.
mvls
CIUDAD DE MÉXICO.- Sin modificaciones, el Senado aprobó en lo general la Ley General de Amnistía en un ambiente tenso por la crisis sanitaria y reclamos entre la oposición y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que rechazó haber recibido instrucciones del Ejecutivo para aprobar una reforma que se remitió hace un año, antes de ocurrir la pandemia por coronavirus en el mundo.
Son tiempos de pandemia y el Senado sesionó en medio de cubrebocas, caretas de acrílico, guantes y olor a alcohol de los litros de gel antibacterial distribuido en los pasillos. En sus escaños, los senadores se movieron nerviosos. Algunos se rascan la cara por la picazón provocada por el cubrebocas, que de plano se llevan al cuello, como el morenista José Narro Céspedes o el guerrerense Félix Salgado, que prefirió colgarse un paliacate rojo, como el de Jesusa Rodríguez.
La oposición dio marcha atrás a su decisión de no acudir y una treintena ocupo sus escaños; lo que frustró la intención de Morena, de quedarse en sus cubículos y acudir al pleno solo al votar en grupos reducidos.
En el pleno, los legisladores guardaron la distancia posible, pero rompen las disposiciones oficiales del gobierno capitalino de que no haya reuniones de más de 50 personas en un sitio. La ley pasa en lo general con 68 votos a favor, 14 en contra y dos abstenciones, es decir, 84 legisladores reunidos en el mismo espacio.
Y es que lo que se veía como una sesión de trámite que duraría unas horas, se prolongó más de cuatro horas ante la exigencia de la oposición de incluir otros temas relativos al coronavirus covid-19.
“El Senado está de rodillas ante Andrés Manuel López Obrador, porque parece que lo único que les importa es quedar bien con su patrón”, reclamó airada la panista Kenia López, al demandar a la presidenta de la cámara, Mónica Fernández, someter a discusión las iniciativas enlistadas en la orden del día para legislar en materia de salud y economía, “no hacerlo así es darles la espalda a esos 30 millones que confiaron en Morena y que hoy no ven en ellos una representación clara de las necesidades de México”.
Los priistas Miguel Ángel Osorio, Claudia Ruiz y Beatriz Paredes urgieron a no cerrar los ojos a un planteamiento que recorre todo el país: la necesidad de establecer una estrategia que impida la dramática pérdida de miles de empleos formales, que a decir del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) podrían ser más de 300 mil.
El ex secretario de Gobernación tomó la palabra desde su escaño, para sostener que en el bloque opositor “nosotros no le pedimos al Presidente que nos dé autorización, permiso o nos dicte el tema que quiere que se discuta ¡No! Nosotros lo que pedimos al Jefe del Titular del Ejecutivo Federal es un acuerdo nacional para sumarnos todos y que el tema de salud y económico no sea tan grave como se avecina y se ve que pasará en nuestro país”.
“Todas las naciones en el mundo están yendo juntos a resolver este problema y México no puede quedar ajeno a hacer un acuerdo nacional que permita ver que el impacto sea lo menos posible. Ahí están presidentes municipales, en sus ocurrencias, tomando decisiones que no están más que agravando el problema. Ahí están gobernadores que unos sí lo están tomando con seriedad y otros no están haciendo absolutamente nada”, machacó Osorio entre aplausos.
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