Gregorio Anguiano Ibarra es danzante desde hace 20 años y ha acompañado a la Virgen de Zapopan en los recorridos de la Romería cada 12 de octubre. No obstante, este será el segundo año consecutivo sin estar al lado de la Generala debido a la pandemia.
Su esposa, hijos, nietos, sobrinos y amigos componen la danza del Divino Rostro, grupo que se prepara durante meses de forma física y mental para soportar con resiliencia la ruta de más de nueve kilómetros bajo el sol; sin embargo, al ya no ser esto posible Gregorio comentó que se encuentra triste.
Además, agregó que danzar es más que un acto de fe por las bendiciones y favores que ha recibido en todo el año.
Por otra parte, Gregorio indicó que ser danzante es honrar a su madre espiritual: la Virgen de Zapopan. Ya que es ella, quien los llena de fortaleza para seguir adelante en el camino de la Romería.
Para finalizar, Gregorio explayó que no danzar este año por las restricciones sanitarias no es razón suficiente para dejar empolvar los accesorios que tanto ama: su penacho, flauta, tambor, vestimenta y sandalias; sobre todo, la motivación para festejar y honrar a la Generala aunque sea a la distancia.
MRG