El efecto dominó que llevó a dejar en tierra a escala internacional los aviones 737 Max de Boeing esta semana desafió 70 años convenciones de aviación.
China fue el primer país en dejar en tierra los aviones en lunes, aproximadamente 24 horas después de que el vuelo 302 de Ethiopian Airlines que viajaba de Addis Abeba a Nairobi se estrelló poco después del despegue.
Esa decisión se extendió por todo el mundo cuando los reguladores de seguridad de un país a otro siguieron su ejemplo hasta que, finalmente, el miércoles, la Administración Federal de Aviación de EU —aislada entre los principales países— tomó medidas, luego de pasar días defendiendo la seguridad de la aeronave.
El regulador nacional responsable de certificar un tipo de aeronave debería ser el que dirige al mundo hacia una prohibición de vuelo, de acuerdo con el marco de la Organización de Aviación Civil Internacional, una agencia especializada de las Naciones Unidas cuyas raíces se remontan a 1944.
En el caso del Boeing 737 Max, es la FAA. Sin embargo, en esta ocasión fue la última en actuar.
La presión de las redes sociales
Un motor del cambio fue el ascenso de las redes sociales. “Este es un nivel de influencia sobre los gobiernos que no habíamos visto antes”, dijo Andrew Blackie, un ex investigador de accidentes aéreos británico y piloto comercial calificado que pasó 10 años en la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos del Reino Unido.