El recital, en la Sala Nezahualcóyotl, resultó una velada musical muy rica que incluyó la ejecución de la pieza “Bolero”, de Maurice Ravel (1875-1937).
“Bolero” fue escrito por encargo de la bailarina rusa Ida Rubinstein en 1927 y aunque está basada en la repetición constante de un mismo esquema rítmico y melódico, fue ejecutada perfectamente por los músicos, que fueron de lo más lento a lo más estrepitoso de su culminación.
La famosa sala de conciertos del Centro Cultural Universitario (CCU) lució casi llena ante la complacencia de los integrantes de la OFUNAM que, bajo la dirección de Massimo Quarta, ofrecieron también obras de Francisco Cortés Álvarez (1983) y Piotr Ilyich Chaikovski (1840-1893).
El público disfrutó enormemente de la actuación de la OFUNAM, que brilló en el escenario al ejecutar las obras de gran contenido, riqueza y frescura musical, pero también de su solista invitado, el flautista Miguel Ángel Villanueva.
A su cargo se escuchó la interpretación de “Partículas en movimiento”, de Cortés Álvarez, que permitió al público conocer la excelsa técnica de este destacado músico.
Al terminar de tocar, el público le pidió al violinista Villanueva que tocara una pieza más –el famoso encore-, pero salió nuevamente al escenario y dijo “es mejor quedarnos con esa gran composición”, al referirse de la obra de Álvarez (1983), quien también subió al escenario para recibir fuertes aplausos.
Para despedirse, la OFUNAM interpretó "Sinfonía no. 2 en do menor, op. 17, Pequeña rusa", de Chaikovski, de la cual se desprenden los movimientos I Andante sostenuto-Allegro vivo, II Andantino marziale quasi moderato, III Scherzo. Allegro molto vivace, IV Finale. Moderato assai-Allegro vivo.
La Orquesta Filarmónica de la UNAM es el conjunto sinfónico más antiguo en el panorama cultural de la Ciudad de México y constituye uno de los factores preponderantes del proyecto cultural de mayor trascendencia del país: el de la Universidad Nacional Autónoma de México.