La delincuencia y el robo sobre las calles del fraccionamiento Nuevo Durango han rebasado la imaginación de los residentes, ya que las macetas y el alcantarillado del agua potable, lograron desaparecer de la noche a la mañana.
Aunado a esta situación la única lámpara que se encarga de proporcionar luminosidad a la arteria suele fallar constantemente, por lo que el riesgo a ser asaltados o amedrentados se ha elevado notablemente.
No obstante, el actuar de las autoridades ha dejado mucho que desear, esto debido a que los rondines no han rendido el propósito de su cometido.
El exhorto hacia las autoridades es para unirse al comité de vecino en la zona y así trabajar en equipo para poder remediar dichas carencias y dar con el paradero de los amantes de lo ajeno.