Ciudad de México. Una estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) denunció que fue violentada sexualmente al interior de un vehículo con cromática de taxi.
Los hechos reactivaron la investigación que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México tiene abierta desde 2018, ya que se encontró que los agresores utilizan juguetes sexuales para abusar de las víctimas.
La joven declaró que, al subir al vehículo, le dio la dirección al chofer a donde quería ir, pero calles más adelante el taxista puso los seguros del vehículo y se detuvo en una calle donde se subió otro hombre. Ambos aprovecharon que estaba oscura, sin vigilancia ni peatones, para someterla.
La afectada detalló que uno de sus agresores la desnudó de la cintura para abajo, y sintió que le introdujeron un “objeto extraño” por casi un minuto. Aunque trató de defenderse, no pudo escapar de sus agresores.
Hasta el momento se sabe que son dos unidades las que opera el mismo agresor, de quien se tienen algunos datos y un retrato hablado. El hombre tendría entre 20 a 25 años y trata de “manera muy amable” a las usuarias.
Ciudad de México. Una estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) denunció que fue violentada sexualmente al interior de un vehículo con cromática de taxi.
Los hechos reactivaron la investigación que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México tiene abierta desde 2018, ya que se encontró que los agresores utilizan juguetes sexuales para abusar de las víctimas.
La joven declaró que, al subir al vehículo, le dio la dirección al chofer a donde quería ir, pero calles más adelante el taxista puso los seguros del vehículo y se detuvo en una calle donde se subió otro hombre. Ambos aprovecharon que estaba oscura, sin vigilancia ni peatones, para someterla.
La afectada detalló que uno de sus agresores la desnudó de la cintura para abajo, y sintió que le introdujeron un “objeto extraño” por casi un minuto. Aunque trató de defenderse, no pudo escapar de sus agresores.
Hasta el momento se sabe que son dos unidades las que opera el mismo agresor, de quien se tienen algunos datos y un retrato hablado. El hombre tendría entre 20 a 25 años y trata de “manera muy amable” a las usuarias.