NUEVO LEÓN.- Cuando se habla de deportistas de alto rendimiento como Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Simone Biles o Michael Phelps, entre otros, generalmente los percibimos como seres humanos invencibles, que lo tienen todo y que nunca han enfrentado grandes problemas en sus vidas.
Sin embargo, este grupo de atletas también puede sufrir depresión, la cual puede desencadenarse por factores como no cumplir con las expectativas, ya que el foco de atención está sobre el deportista para obtener un resultado, que por lo general es el de ganar.
Otra situación es la percepción que tiene el atleta de sí mismo, al no sentirse capaz de realizar cierta actividad en su disciplina; así como el sentimiento de desesperanza; o que durante un entrenamiento o competencia haya sufrido una lesión.
“Es importante reconocer que los atletas son humanos y que no solo buscan resultados, sino que ellos también buscan disfrutar su deporte y tener un bienestar. Hay que comprender que ellos también son esposos, madres, hijas, padres y tienen problemas como cualquiera de nosotros”, puntualiza la especialista de la UANL.
Indicios de la depresión
La depresión se puede presentar en atletas de cualquier deporte, no obstante, en disciplinas como la gimnasia o el nado sincronizado, que son muy perfeccionistas, es donde pudiera haber un nivel de estrés adicional, ya que el deportista comienza a pensar: “todo me tiene que salir perfecto”.
Pero de acuerdo con la también psicóloga clínica por el Centro de Enseñanza Técnica y Superior (CETYS) Campus Mexicali, para diagnosticar a un atleta con depresión deben aparecer los comportamientos siguientes:
- Estado de ánimo deprimido
- Falta de interés
- Falta de energía
- Aumento o pérdida de peso sin motivo
- No dormir bien o dormir de más
- Falta de concentración y coordinación en sus actividades deportivas
- Poca satisfacción con su deporte
- Sentimiento de culpa al sentirse incapaz de hacer actividades a las que está acostumbrado
- En casos más graves, pensamientos suicidas
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