Estaba terminando el evangelio cuando los asistentes a la misa en la parroquia de Corpus Christi empezaron a escuchar como si cayeran piedritas o granizo en el techo.
"Quítense, se va a caer ese pedazo" advirtieron los fieles sentados en el lado derecho de la nave a los que estaban en la parte delantera. Antes de terminar de decirlo, todo el techo del templo ubicado en la colonia Prados Vallarta, en Zapopan, se derrumbó sobre quienes escuchaban la ceremonia de mediodía.
"Dios mío, Dios mío, protégenos" pensaron algunos de los sobrevivientes de este particular siniestro mientras intentaban salir del espacio colapsado.
Como comentó doña María de los Ángeles, aún asustada y medianamente cubierta por el polvo del derrumbe, el grupo de feligreses involucrados en este accidente oscila entre las 40 y las 45 personas, está conformado por individuos que coinciden constantemente en las celebraciones religiosas de dicho templo y pertenece en su gran mayoría al grupo de los adultos mayores.
Su avanzada edad y las enfermedades que padecen impidió que los mismos se movilizaran rápidamente y estuvieran a salvo en el lapso preciso. "Por nuestra edad solemos caminar muy lento, algunos apenas y pueden hacerlo".
Con ganas de volver a casa y resguardarse de la lluvia que se avecinaba en la ciudad, la entrevistada dio gracias a Dios por mantenerla a ella y a sus vecinos con bien.
CGE