NACIONAL.- La Cámara de Diputados aprobó con 444 votos a favor, dos en contra y siete abstenciones la reforma para definir los certámenes de belleza como “violencia simbólica” contra las mujeres y prohibir a las instituciones públicas asignar recursos, publicidad, subsidios o cualquier tipo de apoyo económico para realizar esos eventos.
Las modificaciones y adiciones a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia establecen que será considerados como “violencia simbólica” los concursos, certámenes, elecciones, competencias y cualquier otro tipo de eventos que promuevan estereotipos de género y con base en los mismos evalúen la apariencia física de mujeres, niñas y adolescentes.
Por iniciativa de las legisladoras perredistas Frida Esparza y Guadalupe Almaguer, así como a morenista Beatriz Rojas, el proyecto de reformas turnado al Senado de la República para su análisis y ratificación prevé incorporar a la ley las modalidades de “violencia simbólica” y “violencia mediática” contra las mujeres.
Al fijar su posición en tribuna como promotora de la iniciativa, Esparza sostuvo que la evaluación de las mujeres con base estereotipos refuerza la idea de que ellas deben ser valoradas y premiadas exclusivamente por su apariencia física, replicando la violencia de género.
Expresó asimismo su preocupación por el hecho de que son autoridades de los tres órdenes de gobierno los principales promotores de los certámenes de belleza. “El dictamen incorpora la definición de violencia simbólica, asimismo prohíbe a las instituciones públicas la asignación de recursos públicos o de cualquier tipo de apoyo a realización de eventos que cosifiquen a las mujeres, además el dictamen incorpora a violencia mediática como una forma de violencia simbólica, lo que significa un gran avance para la efectiva protección de los derechos humanos y la dignidad de las mujeres” puntualizó.
La legisladora del PRD remarcó que la reforma no busca limitar la participación de las mujeres en esos concursos, sino evitar que el Estado fomente a violencia contra las mujeres a través de patrones estereotipados que trasmitan y reproduzcan dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer.
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