Puebla. Las fotografías reflejan la vida, conjuran recuerdos que nos llevan a navegar entre sentimientos efímeros avivados en papel.
En los pasillos de la Casa Museo de la bicicleta antigua y el objeto en Puebla se respira historia y parece que el tiempo no ha avanzado.
El coleccionista poblano, Domenikos Ruiz atesora celosamente más de tres mil cámaras fotográficas de todos los tiempos.
El acervo fotográfico fue creciendo gracias a donaciones, intercambios y compras; reliquias con más de dos siglos de antigüedad, ya que la cámara fotográfica es tan añeja como la bicicleta.
Piezas de valor incalculable, porque, aunque el papel pierda color, el momento se sigue sintiendo.
En este inmueble yacen los años remotos, pero también el presente. En la colección conviven piezas de cámaras fotográficas que datan del siglo XVIII, incluso de inicios del siglo XX, época del Porfiriato; las invenciones de marcas que hoy están extintas como: SpeedGraphic, Leica y Kodak. Algunas que usaban polvos de plata con químicos para poder la imagen, hasta los ejemplares digitales. Todas con un pasado, incluso bizarro.
La fotografía es un arte y a la vez un idioma universal que nos ayuda a expresarnos, aún después de la muerte. Y es que a finales del siglo XIX se extendió una práctica que surgió en Francia, la fotografía post mortem, es decir, retratos de personas fallecidas acompañados de un familiar, actividad que se realizó en México.
Por otra parte, la Revolución Mexicana abrió la puerta al siglo XX, siendo el primer movimiento armado retratado por una cámara fotográfica.
Todas las cámaras que llegan al museo son reparadas y reconstruidas antes de ser exhibidas. A todas se les da vida para ser funcionales, pero una vez que se integran a la colección ya no se separan, ninguna se vende porque se les inmortaliza.
El Museo de la bicicleta antigua y el objeto se ubica en la prolongación de la calle Libertad y privada Miguel Hidalgo número 6 – A en la colonia Benito Juárez en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacán en la ciudad de Puebla. El viaje a través del tiempo no tiene costo.