Durango, Dgo. Originaria del poblado de Guatimapé, Doña Sara lleva 30 años sin poder ver a su hija, quien, por la necesidad, tuvo que migrar al vecino país del norte en busca del sueño americano.
El día de hoy, después de que la Sra. Rodríguez por casualidad conociera el programa Abrazando Almas, su sueño se convierte en realidad.
Con media tortilla para comer durante todo el día, Doña Sara aceptó que su hija buscara una oportunidad de trabajo fuera del Estado, sin imaginar que pasaría tanto tiempo para volverla a ver. Ya sea lavando ajeno o barriendo la casa de otras personas, esta siempre buscó la forma de proveer el sustento para su hogar, desafortunadamente nunca fue suficiente.
Fue atreves de una reunión con el Presidente Municipal que Doña Sara comenzó los trámites para poder sacar su visa y así integrarse al programa Abrazando Almas, el cual le facilitó todo para que hoy en día esta vuelva a abrazar a su hija como aquella vez que la vio partir.