Durango, Dgo. Mientras la música no pare, Antonino tampoco lo hace, pues su manera tan única de bailar cada canción y la manera en como disfruta cada minuto de ritmo, hace que te contagies de alegría y buen humor.
Antonino lleva un año dedicándose a esto de pulir el piso en la calle 5 de febrero, fue gracias a un baile en el santuario que decidió llevarlo de oficio.
Y es que, aunque sólo se dedique a bailar y vender cintas para tennis, ha recibido algunas agresiones por parte de algunos peatones y vehículos, aunque estas agresiones no han sido del diario, él sólo pide respeto por su trabajo.
A sus 74 años de edad, Antonino nos demuestra que nunca es tarde para bailar y disfrutar de la vida.