Pronto podría haber cigarrillos que no son adictivos y que podrían hacer desaparecer prácticamente el hábito de fumar si prospera una campaña de las autoridades sanitarias estadounidenses.
La propuesta de la Administración de Alimentos y Medicamentos, no obstante, podría tener otra consecuencia: despejar el camino para que las empresas vendan una nueva generación de derivados del tabaco.
La iniciativa coloca a esa dependencia, conocida por sus siglas en inglés, FDA, en el medio de un viejo debate sobre el lanzamiento de productos que reducen los riesgos, como cigarrillos electrónicos, y sobre si se deben enfocar todos los esfuerzos para combatir el cigarrillo en medidas para hacer que la gente deje de fumar.