Adela Ávila Velázquez es una mujer oaxaqueña que reside en la Comarca Lagunera desde hace años, donde se dedica a la venta de artesanías.
Ella es originaria de Tehuantepec, municipio que colinda con Juchitán, es decir, una de las zonas que sufrieron las mayores afectaciones por el terremoto ocurrido el jueves, que alcanzó una intensidad de 8.2 grados Richter.
Adela llegó a la Laguna en busca de mejores oportunidades de vida, pero gran parte de su familia, incluyendo su padre, permaneció en su natal Oaxaca, por lo que vivió una de los momentos de mayor angustia en su vida al enterarse del fuerte sismo que azotaba a esta entidad.
Tardó todo un día en lograr contactar a sus seres queridos. Afortunadamente lograron sobrevivir, pero su padre perdió su casa y además padece de una embolia. Ahora vive con el cuñado de Adela, quien además debe cuidar de sus hijos como papá soltero.
“Me siento muy impotente, no sé si quedarme aquí o ir a verlo (a su padre), pero el dinero es el principal problema”, expresó la artesana, cuya labor en la Laguna apenas le permite a ella, su esposo y su pequeño hijo, cubrir sus necesidades básicas.
La situación se torna más difícil para esta familia, pues la población en Tehuantepec ha quedado prácticamente paralizada.
“La gente vive al día y ahora no pueden trabajar”, lamentó Adela, quien explicó que las oportunidades en esta región de México son muy limitadas.
Finalmente, pidió el apoyo de los laguneros para los afectados por el terremoto, no solo en Juchitán, sino en todos los estados del Istmo de Tehuantepec.