Durango. A los 12 años Don Pedro Dávila realizó su primera llave, sin imaginar que ese oficio iba a ser uno de los tantos que le permitiría sacar a sus 5 hijos adelante, desde 1969 en los pasillos del mercado Gómez Palacio.
De niño, Pedro Dávila se ganaba la vida en el giro del fierro viejo, pero no fue sino tiempo después que decidió dedicarse de lleno a la cerrajería.
Con reconocimientos a nivel nacional y en la cerrajería local, el señor Dávila cuenta que han sido diversas las anécdotas que le han tocado vivir, pero una que tiene muy marcada es cuando por error los oficiales quisieron remitirlo por supuesto robo a casa habitación.
Siendo el primer cerrajero en la historia de Durango Don Pedro trata de mantenerse actualizado, ya que como él lo describe hoy en día muchos son las personas que se dedican a ese oficio, pero pocos son los que logran la constancia y calidad como él lo ha hecho
Desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde Don Pedro ve pasar las horas frente a los miles de llaveros que sus clientes a bien le han regalado al paso de los años, para él esta profesión más que un oficio es un estilo de vida.