CIUDAD DE MÉXICO- Una mañana lluviosa y nublada despertó a los habitantes de la Ciudad de México, pero eso no fue impedimento para que Sergio García, un hombre en silla de ruedas y quien padece de sus facultades mentales, buscara llegar al consulado de los Estados Unidos transportándose él solo a través de las calles de la capital.
Eran las siete de la mañana a las afueras de la estación Chabacano del Sistema de Transporte Colectivo Metro cuando un oficial se percató que el hombre en condición de calle avanzaba en el carril de alta velocidad de la calzada de Tlalpan sin más que su silla de ruedas, esto pese a que exponía su vida.
El policía decidió detener a los automovilistas para convencer a Sergio de salir de la avenida, una de las más circuladas de la capital. Tras un cruce de palabras, logró que el hombre de aproximadamente 35 años se cambiara al carril de baja velocidad, pero sin acceder a subirse a la banqueta.
Luego de unos momentos, Sergio forcejeó con el oficial por varios minutos, ya que no permitió que ingresara de nuevo a la vialidad, sin embargo, éste no cedió y siguió convenciéndolo de no arriesgar su vida, pero argumentó que “me quieren llevar para otro lado”, mientras continuaba tratando de incorporarse.
Lo que era sólo un oficial, media hora después ya era una caravana de policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que lo acompañaban en su camino por la calzada de Tlalpan. Cansado y tras haber recorrido ya más de dos kilómetros se detuvo enfrente de la estación San Antonio Abad del Metro.
“Me está diciendo que va a ir al consulado americano, pero al parecer padece de sus facultades mentales porque me empieza decir otra cosa, lo que queremos ver es si lo podemos canalizar a una institución que lo pueda ayudar”, compartió ante las cámaras de TELEDIARIO Gonzalo Jiménez, uno de los oficiales que lo custodiaban.
Tal vez fuera la lluvia, el cansancio o sólo para llegar más rápido, Sergio accedió a la oferta de los oficiales de llevarlo al consulado estadunidense, más a regañadientes que por gusto, pero dejó claro que “no soy no soy esquizofrénico”.
“Me voy a entregar, porque me nombraron presidente de Estados Unidos y ya no vamos a ser el patio trasero, por eso es mi pelea”, aseguró mientras se subía a la camioneta de los oficiales, quienes le regalaron un bolillo para desayunar.
Como lo prometieron, y un poco pasadas las ocho de la mañana, los oficiales llevaron a Sergio al frente de la embajada. Ahí esperó por varios minutos a que salieran por él, “porque soy el presidente de los Estados Unidos”.
“Me voy a extraditar a Estados Unidos, porque soy el presidente de los Estados Unidos. Estoy esperando a que se hagan algunos trámites y sólo estoy esperando a tomar posesión, ¿si me entiendes? No es mentira, yo quiero ser extraditado a Estados Unidos, pero todo es para dios”.
Los oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana solicitaron el apoyo de la Secretaría de Inclusión y Bienestar de la capital para que, a través de los centros de asistencia e integración social, puedan atender a Sergio.
lvm