MÉXICO.- Fue en 2017, cuando el escándalo de corrupción internacional más grave que ha habido en América Latina, denominado Odebrecht, se “congelo” en la Procuraduría General de la República, sin que hubiera ningún avance que resolviera el caso.
En 2019, la nueva Fiscalía General de la República (FGR), investigó el caso, que fue ratificado por Pemex, al igual que el asunto de Agronitrogenados, y se encontró que Emilio Lozoya era uno de los principales responsables.
Momentos después que se obtuvo la judicialización de esa persona, una filtración alertó al acusado, dándole la oportunidad de que huyera del país. Hasta que fue localizado en España, donde dicho individuo perdió todas las instancias de extradición frente a las acciones de la FGR.
En agosto del 2020 el acusado solicitó el criterio de oportunidad que la ley señala (Artículo 256 del Código Nacional de Procedimientos Penales), para denunciar a sus cómplices y encubridores en ambos casos.
Emilio Lozoya sigue siendo procesado y los tiempos que se le han dado para aportar las pruebas terminan en fecha 3 de noviembre, según el acuerdo del Juez de Control del Reclusorio Norte, que lleva el caso.
Los procesos en contra del acusado y de quienes recibieron los sobornos continuarán con la transparencia que se ha llevado en este caso y que fue dada a conocer públicamente a todos los medios por esta Fiscalía, el 6 de enero de 2021.
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