MÉXICO.- El Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitó a Dámaso López Núñez, El Licenciado, rendir testimonio durante el juicio del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en una reedición de la misma estrategia empleada en las semanas finales del proceso contra Joaquín El Chapo Guzmán, cuya sentencia a cadena perpetua se construyó en buena medida gracias a las revelaciones de su compadre y ex guardaespaldas.
Fuentes legales confirmaron a MILENIO la nueva petición.
Si López accede a colaborar nuevamente con Washington en el juicio de García Luna -acusado tanto por testigos en el juicio del Chapo como por el gobierno estadunidense de haber recibido sobornos multimillonarios del cártel de Sinaloa- podría sustentarse en revelaciones explosivas, similares a las que marcaron el proceso de Guzmán Loera.
Cabe destacar que, durante la administración de Felipe Calderón y la gestión del ex secretario de Seguridad Pública (2006-2012), El Licenciado era una de las figuras de más alto nivel en la organización criminal, con acceso a datos confidenciales como las nóminas de pagos a funcionarios estatales y federales.
Hoy, por lo pronto, las fiscalías de Washington y Virginia cumplieron con su palabra y, en agradecimiento por la colaboración recibida durante el juicio del Chapo Guzmán, recomendaron a la corte del distrito Este de Virginia la reclasificación de la condena a cadena perpetua de López por narcotráfico a un plazo sustancialmente menor. Aunque no fue definida, la nueva pena rondaría los 15 años de prisión.
Pero la posibilidad de que se reduzca la condena aún se mantiene en el aire; el juez Thomas Ellis III pidió un plazo de cuatro a seis meses para analizar los méritos de la reclasificación de sentencia y sopesar con las propias fiscalías la pertinencia de que López Núñez participe a favor de Washington “en otros juicios en el futuro”. A toda luz una valoración crucial, en especial ante la inminencia de un juicio contra García Luna, quien podría ir a la corte en el primer trimestre de 2021.
La decisión de Ellis de darse un tiempo para analizar las aristas del caso -e incidentalmente dotar al Departamento de Justicia de más tiempo para negociar nuevos acuerdos con López Núñez - se dio al término de una audiencia llevada a cabo a puerta cerrada a petición de la fiscalía, debido a la “sensibilidad“ de los datos que habrían de discutirse.
Y aunque nunca antes un capo mexicano del nivel de López Núñez había colaborado con el gobierno estadunidense, fue una decisión sorpresiva, dado que el testimonio del Licenciado había sido público en el juicio del Chapo Guzmán.
Los documentos que sustentan la petición de reclasificación de sentencia y que detallan la forma en que colaboró con Washington también fueron sellados, lo que significa en términos llanos que sus contenidos quedarán clasificados hasta una nueva orden judicial en sentido contrario.
Pese al ánimo de secreto, de acuerdo con personas presentes al interior de la sala, el gobierno estadunidense no escatimó esfuerzos en pintar al Licenciado como un reo modelo cuya colaboración fue crucial no sólo para procesar exitosamente a Guzmán Loera, sino “para abrir nuevas líneas de investigación” en torno a las actividades del cártel de Sinaloa.
La audiencia se extendió por más de tres horas, tiempo durante el que se analizó el impacto que tuvo y tiene la colaboración del ex líder criminal, a quien los fiscales definieron como un testigo clave que además de haberse comportado como un colaborador fiable, incluso se declaró culpable en su propio proceso penal, evitando a Washington un juicio prolongado.
Si los antecedentes sirven de guía, la reclasificación de su sentencia a cadena perpetua tiene puntos claramente a favor como su colaboración, la información que aún posee sobre figuras relevantes, la recomendación de dos fiscalías y que el caso está en manos de un juez que no es partidario de las penas largas.
Aunque es un veterano de la guerra contra las drogas -designado nada más y nada menos por su iniciador, el presidente Ronald Reagan-, el juez Ellis se ha caracterizado por imponer condenas cortas en algunos casos de narcotráfico y, cuando no tiene otra opción, manifestarse claramente hostil a la idea de que una persona pase el resto de su vida detrás de las rejas.
Justo ayer, poco antes de que López ingresara a la corte, mostró su lado amable en el caso de una mujer acusada de abuso de drogas.
“Voy a permitir que la liberen hoy. Pero que le quede claro: no hay viajes gratis“, dijo Ellis. Una declaración que, si hubiese sido vertida dos horas después en la audiencia del Licenciado, también habría sido acertada.
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MÉXICO.- El Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitó a Dámaso López Núñez, El Licenciado, rendir testimonio durante el juicio del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en una reedición de la misma estrategia empleada en las semanas finales del proceso contra Joaquín El Chapo Guzmán, cuya sentencia a cadena perpetua se construyó en buena medida gracias a las revelaciones de su compadre y ex guardaespaldas.
Fuentes legales confirmaron a MILENIO la nueva petición.
Si López accede a colaborar nuevamente con Washington en el juicio de García Luna -acusado tanto por testigos en el juicio del Chapo como por el gobierno estadunidense de haber recibido sobornos multimillonarios del cártel de Sinaloa- podría sustentarse en revelaciones explosivas, similares a las que marcaron el proceso de Guzmán Loera.
Cabe destacar que, durante la administración de Felipe Calderón y la gestión del ex secretario de Seguridad Pública (2006-2012), El Licenciado era una de las figuras de más alto nivel en la organización criminal, con acceso a datos confidenciales como las nóminas de pagos a funcionarios estatales y federales.
Hoy, por lo pronto, las fiscalías de Washington y Virginia cumplieron con su palabra y, en agradecimiento por la colaboración recibida durante el juicio del Chapo Guzmán, recomendaron a la corte del distrito Este de Virginia la reclasificación de la condena a cadena perpetua de López por narcotráfico a un plazo sustancialmente menor. Aunque no fue definida, la nueva pena rondaría los 15 años de prisión.
Pero la posibilidad de que se reduzca la condena aún se mantiene en el aire; el juez Thomas Ellis III pidió un plazo de cuatro a seis meses para analizar los méritos de la reclasificación de sentencia y sopesar con las propias fiscalías la pertinencia de que López Núñez participe a favor de Washington “en otros juicios en el futuro”. A toda luz una valoración crucial, en especial ante la inminencia de un juicio contra García Luna, quien podría ir a la corte en el primer trimestre de 2021.
La decisión de Ellis de darse un tiempo para analizar las aristas del caso -e incidentalmente dotar al Departamento de Justicia de más tiempo para negociar nuevos acuerdos con López Núñez - se dio al término de una audiencia llevada a cabo a puerta cerrada a petición de la fiscalía, debido a la “sensibilidad“ de los datos que habrían de discutirse.
Y aunque nunca antes un capo mexicano del nivel de López Núñez había colaborado con el gobierno estadunidense, fue una decisión sorpresiva, dado que el testimonio del Licenciado había sido público en el juicio del Chapo Guzmán.
Los documentos que sustentan la petición de reclasificación de sentencia y que detallan la forma en que colaboró con Washington también fueron sellados, lo que significa en términos llanos que sus contenidos quedarán clasificados hasta una nueva orden judicial en sentido contrario.
Pese al ánimo de secreto, de acuerdo con personas presentes al interior de la sala, el gobierno estadunidense no escatimó esfuerzos en pintar al Licenciado como un reo modelo cuya colaboración fue crucial no sólo para procesar exitosamente a Guzmán Loera, sino “para abrir nuevas líneas de investigación” en torno a las actividades del cártel de Sinaloa.
La audiencia se extendió por más de tres horas, tiempo durante el que se analizó el impacto que tuvo y tiene la colaboración del ex líder criminal, a quien los fiscales definieron como un testigo clave que además de haberse comportado como un colaborador fiable, incluso se declaró culpable en su propio proceso penal, evitando a Washington un juicio prolongado.
Si los antecedentes sirven de guía, la reclasificación de su sentencia a cadena perpetua tiene puntos claramente a favor como su colaboración, la información que aún posee sobre figuras relevantes, la recomendación de dos fiscalías y que el caso está en manos de un juez que no es partidario de las penas largas.
Aunque es un veterano de la guerra contra las drogas -designado nada más y nada menos por su iniciador, el presidente Ronald Reagan-, el juez Ellis se ha caracterizado por imponer condenas cortas en algunos casos de narcotráfico y, cuando no tiene otra opción, manifestarse claramente hostil a la idea de que una persona pase el resto de su vida detrás de las rejas.
Justo ayer, poco antes de que López ingresara a la corte, mostró su lado amable en el caso de una mujer acusada de abuso de drogas.
“Voy a permitir que la liberen hoy. Pero que le quede claro: no hay viajes gratis“, dijo Ellis. Una declaración que, si hubiese sido vertida dos horas después en la audiencia del Licenciado, también habría sido acertada.
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